En esta crónica Ana María Cogorno, amiga y albacea de la científica alemana, nos da testimonio de la mujer que ofrendó su vida a los estudios de los geoglifos en la Pampa de Nasca.
María Reiche, antes de partir a las Pampas de Nasca, llegó al Cusco, en el año de 1932 por razones de trabajo, y es en la Ciudad Imperial, donde absorbe la esencia de la peruanidad.
Ese contacto permanente con la gente, con sus costumbres, con su cultura, le marcaría para siempre, relata Ana María Cogorno Mendoza, albacea y amiga de la científica, quien llegó a nuestra ciudad, con el fin de iniciar una cruzada cultural, para salvar el calendario astronómico más grande del mundo.
Una de las actividades que se realizará con este propósito, es la exposición de fotografías, cartas y documentación que dan testimonio de su intenso trabajo y gran aporte a la arqueología nacional y los 4 años que trabajo como maestra, en la antigua cuna del Tahuantinsuyo.
“La época en que María llega al Perú, es una de las más difíciles de Alemania, en ese tiempo ella era profesora de la universidad, en su patria, tenía 29 años. Cuando llega al Perú, ella fue contratada como profesora de los hijos del cónsul de Alemania en el Perú, me refiero a la familia Tabel, con quienes trabaja, hasta 1936, después retorna a Europa y regresa, en 1937”, señala Ana María.
“En el tiempo que ella está en el Cusco, se llena los ojos y el alma de la belleza de su arquitectura incaica y colonial; se nutre de las tradiciones y leyendas de la vieja urbe y aprende a amar y querer al Perú del cual no saldría desde el año 1937 hasta su muerte ocurrida en 1998…”, agrega.
Fue en el Cusco, donde María Reiche se compenetra con las raíces de nuestra cultura, despertando en ella la pasión por defender nuestro patrimonio cultural y también cuidar el patrimonio humano, pues ella pensaba que todas las grandes construcciones como Machu Picchu, Sacsayhuamán y las propias líneas de Nasca, fueron hechas por seres humanos y los actuales habitantes, eran descendientes directos de estos constructores.
Su sentimiento estaba enmarcado a la defensa del patrimonio cultural y humano, es decir el patrimonio vivo; María no soportaba ver que junto a grandes riquezas arqueológicas hubiera miles de seres humanos en pobreza y pobreza extrema.
Ana María Cogorno es una limeña que nos cuenta que su vinculación con María Reiche, se remonta desde cuando ella era muy joven, y cuando visitaba la casa familiar.
“Ana María Reiche antes de irse a a vivir al fundo del Ingenio, donde se ubican la pampa y las líneas de Nasca, los estudió teóricamente por años. En 1946 se traslada a la zona y es ahi donde transcurre su vida en medio de una serie de peripecias pero feliz, porque dichos estudios la apasionaban, por esta razón los intelectuales de la epoca le colocan el apelativo de la “dama de la pampa".
"Reiche no solo vigila que no sean depredadas las líneas gigantescas de Nasca, sino que la defiende de los especuladores que indicabanen aquella época que esta zona era un aeropuerto de naves extraterrestres o de platillos voladores. Ella sostenia que estas gigantescas figuras, eran parte de un gran caldendario solar, donde los gráficos representaban constelaciones. Con su dinero, ella no solo se mantenía y contrataba personal de vigilancia, sino hasta pagaba el local del INC en Nasca…", refiere Ana María.
"María Reiche no escatimaba esfuerzos hasta el fin de sus días, aportaba con sus fondos a la protección de las líneas de Nasca, y solo por comparar, pues la pensión de gracia que le dio el Estado, que era de S/.120 soles, no le alcanzaba ni para una sola medicina de las muchas que requería cuando enfermó gravemente", comentó.
Recién en 1992, María Reiche obtiene su nacionalidad “…el proceso de nacionalización duró ocho largos años y el día que recibe su documento de nacionalización, es decir cuando ya es peruana oficialmente, sus primeras palabras son de sentirse parte de la gran cultura andina, de ser parte de los descendientes de los Incas, de los Paracas, de los Nascas, es decir de todas las grandes culturas que nacieron en este suelo peruano; ella, a sus 89 años, sintió por primera vez, ser parte de esta gran nación llamada Perú. Al punto que salta de alegría y dice “yo soy chola”, más ahora que tengo la nacionalidad peruana…”, precisa Cogorno Mendoza.
Finalmente, Ana María Cogorno, albacea y principal heredera del legado de la gran matemática y arqueóloga María Reiche Neumann cuenta que “…el 30 de mayo de este año, con el auspicio del Hotel Monasterio y de la cadena Orient Express, se darán a conocer en la misma Capilla Nazarenas, las fotos, cartas y demás documentos de su presencia de María Reiche, es decir de los cuatro años que trabajó como maestra en el Cusco, y además se conocerán sus primeras impresiones de una cultura que la cambió al punto de vivir y morir por sus tesoros arqueológicos y por su gente…”, subrayó.
Por: Adelayda Letona
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