La tradición piurana manda que el primer día se debe coronar a los fallecidos, oficiar misa en su memoria y acompañar en sus nichos.
Centenares de personas colmaron hoy los cementerios de la ciudad de Piura. Los principales camposantos como San Teodoro y San Miguel Arcángel acogieron a miles de personas durante el primer día de velaciones o Día de todos los Santos.
La tradición piurana manda que el primer día se debe coronar a los fallecidos, oficiar misa en su memoria y acompañar en sus nichos, mientras se consumen algunas velas que se colocan al pie de las tumbas.
Otras familias también recuerdan a sus seres queridos a ritmo de guitarra, cajón y canciones del recuerdo. Doña Nazaria Elvira Castillo recuerda así a su hijo que falleció el año 2000 a causa de un accidente. Ella y sus hijas rezan, cantan y hasta bailan a ritmo de unos mariachis que por 30 soles han sido contratados para homenajear al difunto.
La aparente alegría de esta tradición de contradice con las lágrimas y el llanto que desbordan los familiares al recordar al ser querido que ya no los acompaña.
Por su parte, doña Nazaria, a sus 93 años, nos cuenta además como era la antigua tradición de velaciones y como es que las velas han sido reemplazadas por los focos.
“Ahora todo es foco, ya se está perdiendo la tradición. La juventud si quiere viene si no, no. Antes todos velábamos en el suelo y nos quedábamos hasta el amanecer, hoy ya no es así”, recuerda esta noble mujer marcada en la frente con las líneas de la vejez. En la puerta del cementerio, la mujer que vende velas confirma este hecho, “Ya casi nadie compra velas”.
En otro lado del cementerio, don Segundo Campos compra angelitos. Pequeños dulces que compartirá con niños y niñas, en memoria de su hijita Lucía quien falleció a pocos días de nacida. Esta tradición también parece estar condenada a desaparecer ya que hoy en día la gente no lo practica como antes.
“Recuerdo cuando yo era niña nos recorríamos todo el cementerio y nos daban bastante dulces y caramelitos, hoy ya no se continua esa tradición”, nos vuelve a recordar doña Nazaria.
Pero lejos de Piura las costumbres continúan respetándose. En el Bajo Piura, en distritos como Catacaos, La Arena, La Unión, Bernal o Sechura, las velaciones son manifestaciones expresas de respeto y buen recuerdo a los muertos. Las velas se consumen solemnemente y las familias se reúnen y se reencuentran en los cementerios rezando y velando, especialmente, a los patriarcas fallecidos.
En la sierra piurana la tradición también es arraigada. El 1 de noviembre está dedicado a los niños fallecidos o angelitos, y el 2 se toma y se baile frente a la tumba de los fallecidos adultos.
Así vive Piura el Día de todos los Santos. Las flores, velas, las oraciones y hasta mariachis o guitarristas son homenaje para los seres queridos que ya no están con nosotros.
Por Juan Nunura
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