Jesús Chura Deza y Toribio Huanca Paxi narraron sin el menor escrúpulo cómo incluso descuartizaron a sus víctimas para rituales en las minas.
El juzgado de investigación preparatoria de la provincia de Carabaya (región Puno) ordenó nueve meses de prisión preventiva para Jesús Chura Deza (28) y Toribio Crecente Huanca Paxi (51), por la comisión del delito de homicidio calificado contra tres personas, aunque alegan que mataron a 11.
Estos sujetos menor escrúpulo confesaron la espeluznante forma en la que mataron a Maruja Peralez Ñaupa, Nelida Quispe Choquetocro y Ángela Rosalia Barriales Vargas; encontrándose parte de los restos de la víctima que fue asesinada hace siete años.
Peralez Ñaupa era conviviente del encarcelado Florencio Chura Monrroy, quien se ganó en apelativo de “el descuartizador de Macusani” luego de confesar a las rondas campesinas que ultimó a su pareja el 14 de julio del 2009 tras una feroz golpiza y que la enterró en Saytococha.
“Volvimos después de una semana de enterrarla y partimos el cadáver en dos, entonces nos dimos cuenta que tenía un feto en el vientre; Florencio lo envolvió y lo vendió para el pago a la tierra en una mina” confesó con suma frialdad Jesús Chura Deza, primo del descuartizador.
Toribio Huanca Paxi, reveló que a Nélida Quispe Choquetocro la asesinaron el 10 de mayo del 2015, después de abusar sexualmente de ella cuando libaban licor en la casa de Florencio Chura Monroy.
Huanca Paxi señala que trasladaron a la occisa al sector de Alcamarini a bordo de una motocarga, y sin el menor remordimiento indica que también seccionaros su cadáver y sus partes fueron vendidas por 10 gramos de oro y 200 nuevos soles al minero Segundino Huayapa Hancco.
Respecto al asesinato de Rosalía Barriales Vargas, Chura Deza, confesó haber actuado junto a Adam Quispe Mamani por encargo de Rita Palomino Solórzano, quien también se encuentra encarcelada con mandato de prisión preventiva.
“La matamos el 01 de julio del 2014, en la madrugada, participaron dos hombres más y la señora Rita Palomino, le cortó la boca y el cuero cabelludo, después le disparó” recordó con desparpajo el acusado indicando que ultimaron a Barriales Vargas por 6 mil soles.
El 14 de septiembre último los ronderos de Carabaya entregaron a los acusados a la fiscalía que investiga la muerte de más de 11 personas. Los acusados pasarían hasta 35 años de prisión efectiva por los atroces crímenes; sin embargo la población pide cadena perpetua para ellos.
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