La costumbre en el Día de Todos los Santos, es colocar un vaso de agua en las mesas para calmar la sed de los difuntos que transitan un largo camino para retornar a su hogar.
El Perú es un país con una variedad de costumbres ancestrales que aún son conservados por pobladores en diferentes regiones.
En la provincia puneña de Yunguyo, frontera con Bolivia, desde muy temprano, los pobladores venden sus animales para comprar ofrendas como panes, maicillo, tanta wawas, cañas de azúcar y frutas que luego son colocadas en una mesa.
Por ser el Día de Todos los Santos, todos los presentes reservan un espacio en la mesa para los familiares fallecidos, asimismo se les ofrece un plato con comida y ofrendas. También colocan un vaso de agua que, según la tradición, es para calmar la sed de las almas que recorren un largo camino de regreso a su hogar, al encuentro con sus seres queridos.
La mesa es adornada con un mantel negro si el difunto es mayor, y si se trata de un infante se coloca un mantel blanco.
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