El cadáver de Karla Bocanegra fue sepultado en el cementerio de Miraflores. El asesino confeso, su esposo Walter Mendoza, ya se encuentra preso en el penal El Milagro.
El cadáver de la universitaria Karla Bocanegra Fernández, de 34 años, madre de dos niños, fue enterrado en el cementerio Miraflores de Trujillo (La Libertad), ante el pesar de sus familiares, amigos y conocidos que en masa secundaron su féretro hasta una tumba cercana al sepulcro del líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre.
El ataúd con el cuerpo inerte de la joven mujer, quien por casi dos meses figuró como desaparecida, partió de la Capilla Medalla Milagrosa de la urbanización San Andrés, donde fue velado tras abandonar la morgue de la provincia de Ascope, su penúltimo destino por su avanzado estado de descomposición.
El cadáver de la también exalumna de Educación Inicial de la Universidad César Vallejo fue hallado el último viernes en un descampado del centro poblado Alto Trujillo, del distrito El Porvenir, en una fosca de metro y medio de profundidad cavada por el asesino- su esposo y padre de sus dos hijos, Walter Mendoza Ramos, de 35 años.
Mendoza Ramos, agente de Seguridad Ciudadana de la Comuna provincial, fue detenido la noche del mismo día del hallazgo del cadáver por los efectivos policiales del Departamento de Investigación Criminal a quienes terminó confesando su delito.
Posteriormente fue trasladado al penal El Milagro de la ciudad de Trujillo.
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