Zaña se encontraba poblada por indígenas de fisonomía Moche, pero al llegar los españoles se inicia la llegada de esclavos negros africanos.
Hace un mes la Dirección Regional de Cultura de Lambayeque declaró al Checo de Zaña, un calabazo que es utilizado como un instrumento de percusión para acompañar ritmos de los afrodescendientes, como patrimonio cultural de Lambayeque, en mérito a su importante aporte a la conservación de la identidad y a la integración social y cultural del pueblo de Zaña, ubicado a 51 kilómetros al oeste de la ciudad de Chiclayo (Lambayeque).
Hasta esta fecha la tradición y el legado histórico de este pueblo permanecían solo en los anaqueles de la memoria colectiva, pero a partir de esta distinción, el calor, color y sabor de este distrito, fundado hace 448 años por los españoles, volvió a concitar el interés de propios y extraños.
Su riqueza no solo se puede rescatar por las impresionantes joyas monumentales que han resistido las inclemencias de la naturaleza, sino por sus tradiciones y costumbres entre ellas el canto popular de la décima, una composición en vías de extinción que en este pueblo se respira a flor de piel y que es el discurso de bienvenida que todo visitante recibe al pisar su suelo.
"Eres reina del lindero/ criada con el cajón/ porque al escuchar el son/ sale tu instinto zañero/ anda y dile al guitarrero/ que me toque hasta mañana/ de esta noche tengo ganas/ de amanecer jaraneando/ aunque me sigan gritando/ jaranero de jarana", recita un niño de 12 años a los visitantes y nombra a Hildebrando Briones, autor de la composición y el más reconocido decimista de la región norteña.
En Zaña sobrevive aún la población afrodescendiente
Zaña se encontraba poblada por indígenas de fisonomía Moche, pero al llegar los españoles se inicia la llegada de esclavos negros africanos para diversas actividades agrícolas y de servicios. Es por ello que el 90% de la población zañera es afrodescendiente, y a nivel regional, junto al centro poblado menor de Capote (Picsi), conforman las dos únicas poblaciones de afrodescendientes que persisten aún en el tiempo en Lambayeque.
Riqueza arqueológica de Zaña
A principios de marzo del año 1720 fuertes lluvias azotaron el poblado de Zaña afectando a 14 templos de la época colonial. De todos ellos lograron perdurar a través del tiempo El Convento de San Agustín, la obra de mayor valor arquitectónico considerada la joya arqueológica de la arquitectura goticista. Su arquitectura se conforma por bóvedas que se apoyan sobre arcos cruzados, cumpliendo la regla romana adoptada por los artistas renacentistas.
La Iglesia de San Francisco edificada con unos tijerales y adornos; su construcción se ubica entre los años 1585 y 1590, y en la fecha se conservan algunas paredes y muros. Asimismo, La Iglesia de La Merced considerada el templo de los mercedarios que llegaron a Zaña en 1637, y finalmente La Iglesia matriz, templo de tipo basilical con una nave central más alta y dos capillas laterales más bajas para permitir las ventanas; conservando a la fecha algunos muros con fragmentos de pinturas murales, estimando su construcción a fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII. Por ello Zaña pudo ser la capital virreynal del Perú.
Zaña es cuna del Señor de Sipán
Si usted pensaba que Zaña solo posee como atractivo estas monumentales estructuras, no es así. En este caluroso pueblo se descubrió al Señor de Sipán hace 24 años, el hallazgo más importante de los últimos cien años por un grupo de arqueólogos encabezados por Walter Alva.
El complejo de Huaca Rajada Sipán es uno de los sitios arqueológicos más visitados. Se calcula que un promedio de 5 mil visitantes llegan mensualmente hacia el lugar donde se halló la tumba del personaje guerrero.
Sin embargo, aún la construcción de una carretera que conecte el pueblo de Sipán con el distrito de Zaña, es un tema pendiente para el desarrollo turístico de la zona. Muchos llegan a Sipán pero no visitan Zaña.
Museo Afroperuano busca revalorar la identidad de un pueblo
El Museo Afroperuano es el primero en su género inaugurado en el año 2005. En Zaña se dedica a investigar, salvaguardar y difundir el patrimonio de los afrodescendientes en el Perú. Aquí se guardan celosamente más de 100 instrumentos musicales de percusión que utilizaban los esclavos cuando eran sometidos a trabajos forzados y que luego combinaban en sonidos para sus bailes y danzas.
Entre ellos el tambor de trompo, que llevaban los esclavos en el hombro, yel checo, un calabazo que era utilizado para acompañar danzas de los esclavos negros después de la faena diaria.
Los registros gráficos muestran que hasta Arturo "El Zambo Cavero" fue un asiduo percusionista y uno de los músicos que se deleitó por el sonido de este instrumento que busca convertirse en patrocinio cultural del Perú.
El Museo Afroperuano en Zaña promueve la participación de niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que a través de la preservación de estos instrumentos conocen poco a poco la historia de sus descendientes y fortalecen de esta forma su identidad.
Zaña una tierra calurosa de pujantes hombres y diversas riquezas, y aspira a convertirse en la capital turística de la región Lambayeque.
Por: Henry Urpeque
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