Se inició la audiencia de pedido de prisión preventiva de 36 meses contra 16 integrantes de la banda delictiva dedicada a robar y comercializar autopartes en Arequipa. Entre los detenidos se encuentran dos policías en actividad.
La fiscal de Crimen Organizado, Alejandra Cárdenas, durante el primer día de la audiencia de prisión preventiva para los 16 integrantes de la organización criminal “Los Magos del Misti”, dedicada a robar y vender autopartes en Arequipa, indicó que habría más policías implicados.
La banda delictiva fue desarticulada en un megaoperativo el pasado 2 de mayo, cuando se intervino a 16 personas, entre ellas los policías en actividad Carlos Chuquicondor Zambrano y Richard Torres Díaz, quienes avisaban a la organización de los operativos que hacían la Policía y Fiscalía. Además, enviaban a las víctimas del robo de autopartes de sus vehículos a las tiendas del cabecilla de la banda.
La fiscal dijo que las escuchas telefónicas a los detenidos durante la investigación y la declaración de un testigo protegido, evidencia que hay más de dos policías implicados, pero aún no fueron identificados. Adelantó que uno de ellos trabajaría en la comisaría de Hunter y apellida Vilca.
“Los agentes que estarían implicados realizaban delitos de inconducta funcional al darles nombres y direcciones de donde podría recuperar las piezas robadas a personas que denunciaban el robo de las autopartes de sus vehículos. Falta conocer si recibían dinero a cambio de ello”, explicó la fiscal.
Esto demostraría que la organización criminal usaba a policías para delinquir con impunidad.
Dividieron Arequipa
Durante el requerimiento de 36 meses de prisión preventiva, la fiscalía informó que los integrantes de “Los Magos del Misti” conocían el rol que debían cumplir dentro de la organización.
Había tres grupos, integrados por tres personas, que tenían asignado los distritos donde debían robar las autopartes de vehículos, y así no tener peleas. Es decir, se divieron la ciudad por zonas para cometer sus delitos.
Todo lo robado lo entregaban a Miguel Salcedo, cabecilla de la organización criminal, quien determinaba a que tiendas (calle Puno o Av. Los Incas) se llevaban las piezas o donde se almacenaban.
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