Las dos menores fueron abusadas en la misma casa donde se ultrajó a la joven fallecida el último martes.
El testimonio de otra víctima de violación en Ayacucho se dio a conocer esta noche en el dominical Panorama. Una adolescente de 15 años de edad relató que logró escapar de la misma vivienda donde fue ultrajada la menor fallecida el último martes. La joven reveló que una amiga suya también fue abusada sexualmente.
El hecho ocurrió días antes del suceso que ha conmocionado a Ayacucho. "Ellos ya están acostumbrados, hacían eso como cualquier cosa. A mí también me pudo pasar lo mismo", contó una de las menores.
La misma vivienda. Según ese mismo relato, las adolescentes se encontraron con el excompañero de colegio de una de ellas, a quien conocía desde los 9 años de edad. Este Adolescente resulto ser el inquilino de la habitación que ahora, por investigaciones de la Policía, se sabe que era usada para abusar sexualmente de jóvenes y menores de edad.
Tomaron licor. Confiada por estar con una persona conocida, aceptaron la invitación de entrar a la vivienda. "Nos dijo entren un rato para ver televisión. Entramos y en la mesa tenía una jarra de agua, pero al costado había una botella, era gaseosa combinada con licor. Luego nos ha servido un vaso y tomé la mitad y la mitad mi vecina", contó.
Cuatro agresores. "En la casa había tres más, además de mi compañero. Han puesto música y nos sirvieron otro vaso pero casi lleno (...) después, al segundo vaso nos sirvieron igual pero ellos tomaron poco y a nosotros nos servían bastante, y ya no quise más, a mi otra vecina si le hicieron tomar tres vasos. Después empezamos a sentir sueño".
El abuso. En un momento tres de los sujetos se avalanzaron sobre una de las menores y el que las invitó a la casa empezó a forzar a su excompañera de colegio. "A mí me quería besar pero no me deje, pero después me sentí como débil de sueño. Cerré mi ojo y después mi compañero se había bajado ya el pantalón y a mí también me había bajado y después sentí dolor y lo empujé, no sé de donde saqué fuerzas. Me subí el pantalón sentí como agua que bajaba (...) yo estaba llorando y le dije no, ya me tengo que ir", recuerda haber dicho antes de salir corriendo.
El padre de la víctima. "Ella estaba desangrada en el pantalón y me sentí mal. Después que hemos hecho la denuncia y hemos venido con la Divincri y la fiscal, los vecinos comentaban que siempre hacían esas tonterías ahí. Dejaban ahí dopadas y violadas en las calles, y las chicas por miedo a sus padres no decían nada", dijo el padre una de las menores agredidas.
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