La imprudencia de iniciar la caminata sin un guía experimentado puso en riesgo sus vidas, obligando a que pobladores de la zona y efectivos de la Policía Nacional desplegaran un intenso operativo de búsqueda que se extendió hasta la medianoche.
Lo que comenzó como una jornada académica terminó en un angustioso rescate. 21 estudiantes de distintas universidades e institutos decidieron escalar el cerro Piedra Blanca ubicado cerca de la localidad de Cruz de Mayo y la zona conocida como Las Canteras en el distrito de Pátapo, provincia de Chiclayo de la región Lambayeque, y que tiene una altitud de 584 metros.
La expedición estuvo programada para el domingo 21 de setiembre en horas de la tarde. Ninguno de los expedicioncitas pudo imaginar que al caer la noche perderían el camino de retorno y quedarían atrapados en una peligrosa pendiente.
Eran luces, pensamos que era otra cosa
La alerta se dio gracias a un vecino que divisó destellos en la parte alta del Cerro Blanco. En un primer momento, pensó que se trataba de luces extrañas, pero al observarlas con detenimiento, comprendió que se trataba de personas pidiendo ayuda.
Francisco Díaz Núñez, gestor cultural de la zona y uno de los rescatistas, relató a RPP que acudió al lugar en bicicleta tras ser avisado por un amigo. “Un amigo me llamó y me dijo: he visto unas luces que se prenden y se apagan. Pensamos que podían ser apariciones, porque acá siempre se habla de esas cosas, pero luego nos dimos cuenta de que eran jóvenes perdidos”, contó.
Estudiantes reconocieron que fueron solos
El rescate estuvo a cargo de pobladores de la zona y efectivos policiales de las comisarías de Pósope Alto y de Pátapo.
Cuando llegaron a la zona, los rescatistas confirmaron que los estudiantes se encontraban atrapados en un tramo del cerro al que habían descendido por error. La pendiente les impedía tanto subir como bajar, exponiéndolos a un accidente grave.
Francisco relató que, al dialogar con los jóvenes, estos admitieron que habían iniciado la travesía cerca de las cinco de la tarde, sin ningún tipo de asesoría o acompañamiento especializado: “Ellos mismos dijeron que habían subido solos, sin que nadie los guiara. Ese fue su peor error porque ya de noche no pudieron ubicar el camino correcto y terminaron atrapados en una zona muy peligrosa”, explicó.
Después de cinco horas de esfuerzos, se logró rescatar a las 21 personas, entre hombre y mujeres, cerca de las 11:40 P.M. Todos fueron puestos a buen recaudo y retornaron a salvo a la ciudad.
La recomendación es no arriesgarse
Este hecho volvió a encender las alarmas en torno a la falta de precaución de quienes visitan zonas de difícil acceso y que no son oficialmente custodiados por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque, además de no contar con la preparación necesaria.
“La recomendación es no arriesgarse y buscar siempre la guía de alguien que conozca. No es la primera vez que ocurre y podría repetirse con consecuencias fatales”, advirtió Francisco Díaz, quien ha participado en varias operaciones de rescate similares en el cerro Piedra Blanca y otras zonas de difícil acceso.
No dieron las gracias
Los rescatistas también expresaron su frustración, pues aseguran que pese a haber salvado la vida de los estudiantes, ninguna familia ni los propios jóvenes agradecieron el sacrificio realizado. “Ni un papá nos dijo gracias, ni los chicos mismos. Son universitarios, pero actuaron con mucha irresponsabilidad. Nosotros lo dimos todo, pusimos en riesgo nuestra vida, y duele ver tanta ingratitud”, señaló.
Finalmente, los pobladores, quienes sin ser profesionales de emergencia han debido asumir en varias ocasiones este tipo de tareas, hicieron un llamado urgente a las autoridades y a las universidades para que se promueva la prevención y la seguridad en excursiones de este tipo.
Señalaron que se requiere equipamiento básico como linternas, cuerdas y apoyo logístico para atender estas emergencias, pues no es la primera vez que se producen accidentes en la zona: “Es la cuarta vez que vivimos algo parecido. Si no hubiera sido por la solidaridad y la rápida reacción de la comunidad, quizás hoy estaríamos hablando de una tragedia irreparable”, subrayaron.

"Nosotros lo dimos todo, pusimos en riesgo nuestra vida, y duele ver tanta ingratitud”
Francisco Díaz Núñez, gestor cultural
