La explotación sexual y laboral de menores de edad está incluida dentro de este delito.
Es considerado por muchos especialistas como el delito invisible en el Perú, ya que pasa desapercibido por el Estado y la ciudadanía pese a su gravedad.
Hablamos de la trata de personas, un ilegal negocio que, además de ser lucrativo, convierte a sus víctimas en mercancía, ya sea para su explotación sexual o laboral.
Los traficantes buscan personas vulnerables, por lo general, menores de edad que provienen de familias disfuncionales y los engañan con la promesa del puesto de trabajo que dará solución a sus problemas.
Una vez captadas estas víctimas, son trasladadas a lugares donde la presencia del Estado es casi nula para ser sometidas a violaciones y maltratos físicos, a fin de generar dependencia de su agresor. El tratante los amenaza con matar o hacerles daño a sus familiares para evitar una posible huida.
Cerca de cuatro mil denuncias por trata de personas fueron presentadas ante el Ministerio Público entre el 2009 y el 2014. En lo que va del año, la dirección de trata de personas rescató a cien víctimas, once menores de edad.
Se estima que más de 35 millones de personas son víctimas de trata en el mundo, de las cuales 66 mil se encuentran en el Perú, según el Índice Global de la Esclavitud.
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