¿Fue Ollanta Humala un líder de la izquierda en Perú?

Ollanta Humala está solo. Al menos, no se reconoce a su alrededor casi a ninguno de sus primeros aliados, esos que lo acompañaron durante la última década desde que postuló a la presidencia por primera vez. En 2011, el Partido Nacionalista llegó al poder en alianza con una coalición de movimientos de izquierda, entre ellos el Partido Comunista. Cinco años después, desde la izquierda lo acusan de desleal, de haber traicionado los ideales que tomó como suyos.

Su partido llegó quebrado al último proceso electoral y la candidatura de su ex ministro del Interior, Daniel Urresti, fue retirada a mitad de camino. Un socio político reciente como Daniel Abugattás dijo en marzo que Humala engañó a sus militantes en particular, y a los peruanos en general. ¿Cuál es entonces su legado en la izquierda peruana? ¿Existe acaso alguno?

1. Izquierda 'conservadora'. La revista inglesa The Economist analizó el Gobierno de Ollanta Humala en 2013, apenas dos años después de que asumió la presidencia, desgastado por el contexto y sus decisiones, alejado de todo movimiento de izquierda y bajo la mirada desconfiada de los empresarios.

"Humala fue elegido como un hombre de izquierda, pero ha gobernado como un conservador. (...) Los líderes gremiales, que lo apoyaron en el 2011, ahora lo consideran como un traidor a su causa. Los empresarios, que ya habían asimilado su política económica, se desconcertaron por la desatinada –y rápidamente descartada– sugerencia presidencial de comprar una parte de los activos peruanos de Repsol para el Gobierno".

2. "No soy de izquierda". Tras una aparición estelar en la campaña de 2006, la desconfianza a su postura radical revitalizó a un cuestionado Alan García, que logró vencerlo en la segunda vuelta con casi 10% de ventaja. Para la campaña de 2011, moderó sus gestos y discurso, pero mantuvo su alianza con partidos de izquierda.

Junto al Partido Comunista Peruano, el Partido Socialista del Perú, el Partido Socialista Revolucionario y otros movimientos del mismo corte, formó la alianza electoral Gana Perú y venció en segunda vuelta a Keiko Fujimori. De inmediato nombró al empresario de izquierda Salomón Lerner Ghitis como presidente del Consejo de Ministros y comenzó una luna de miel con sus aliados. Sus decisiones en materia económica y el retiro de Lerner cuatro meses después, terminó dinamitando los puentes que lo unían con sus primeros socios.

“Yo no soy de izquierdas”, dijo en 2013 al diario El País de España. “En realidad, esa división entre izquierda y derecha es algo del pasado. Muchas veces es preciso tomar decisiones que sorprenden a quienes nos apoyaron. Por lo demás, está claro que no me identifico con la derecha”.

3. Ex amigos y rivales. Cuando Ollanta Humala postuló por segunda vez a la presidencia, alineó detrás suyo a un líder histórico de izquierda como Javier Diez Canseco y a una joven figura como Verónika Mendoza. Un año después de ser elegidos congresistas, ambos renunciaron al Partido Nacionalista. Se fueron criticando al Gobierno por no defender a la gente de Espinar (Cusco), que acusaba a la empresa minera Xstrata Tintaya de contaminar la tierra y los ríos. La protesta se tornó violenta y terminó con cuatro civiles muertos y varios policías heridos. Esa fue la génesis del ascenso de Mendoza, parlamentaria cusqueña, reconvertida hoy en la líder más popular y representativa de la izquierda.

En las últimas elecciones presidenciales, Mendoza terminó fuera de la segunda vuelta apenas por 4%. Uno de sus principales capitales políticos entre sus seguidores fue reivindicar promesas que Humala sostuvo en la campaña anterior, como su oposición al proyecto minero Conga en Cajamarca.

"Lamentablemente Humala no se compró ningún pleito", dijo la ex congresista en una reciente entrevista con RPP Noticias. "Siempre fue ambiguo, siempre fue dubitativo. Esperábamos cosas distintas de él. Claridad, visión, capacidad de liderar las transformaciones que se ofrecieron en campaña. Fue un error confiar en un caudillo y no consolidar una organización que garantizara el cumplimiento de aquello que se prometió".

4. El proyecto social. Aunque él no se reconoce como un político de izquierda, su Gobierno destacó en dos áreas que la izquierda tiene tradicionalmente como pilares de su discurso: los programas sociales y la educación. Proyectos como Beca 18 o Pensión 65 han logrado certificación internacional y el elogio de la propia oposición. También logró aumentar la calidad de la educación, tal como reconoció la Unesco en un informe de 2015.

"En los últimos años nos hemos embarcado en un esfuerzo sin precedentes para rescatar al sector educación del estancamiento y mediocridad", dijo el expresidente pocos meses antes de dejar el cargo. "Si queremos ser un país desarrollo es obligación tener sistema educativo de calidad".

5. Locomotora nacionalista. No parece quedar nadie en la izquierda que defienda el liderazgo pasado de Ollanta Humala, mucho menos algún legado. El historiador Antonio Zapata cree que el presidente del Perú sí jugó un importante rol en la historia de la izquierda, que él mismo se encargó de destruir.

- ¿Fue Ollanta Humala un líder de la izquierda?
Él arrastró fuerzas de izquierda que desconfiaban de su propia capacidad para levantar sus banderas y prefirieron subirse a una locomotora en marcha. En ese sentido, sí fue un líder de la izquierda, aunque él no haya sido muy izquierdista.

- Hoy parece que nadie quiere rescatar su legado para la izquierda.
La luna de miel con la izquierda le duró poco. Llevó a Salomón Lerner como Primer Ministro y a los 4 meses le metió una patada en el poto y no le respondió el teléfono en 5 años. Luego de este tiempo, la izquierda no lo reconoce como alguien de los suyos, porque se aprovechó de los sentimientos y esperanzas de mucha gente para llegar arriba y luego se olvidó de ellos completamente.