Cuando haya pasado la actual etapa de enfrentamientos y armisticios entre el gobierno y el Congreso, el país tendrá que discutir a fondo sobre la manera de abordar otros aspectos importantes.
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Al término de más de nueve horas de debate, el Pleno del Congreso aprobó ayer la confianza solicitada por el gabinete de César Villanueva. De un total de 118 congresistas presentes, 82 votaron a favor, 22 en contra y 14 se abstuvieron. La bancada fujimorista dejó libertad de voto y algunos de sus miembros votaron en contra. También votó contra el Frente Amplio, exigiendo que se “cierre el Congreso” y se convoque a una Asamblea Constituyente. Sin embargo, el voto se emitió a propósito de un documento que había sido consensuado por los voceros de las siete bancadas en Junta de Portavoces. El presidente Martín Vizcarra reaccionó al voto afirmando vía Twitter: “Aquí no hay vencedores ni vencidos. Hoy solo ha ganado el Perú”.
Cerca de setenta congresistas hicieron uso de la palabra, aunque algunos aprovecharon del debate sobre la confianza para introducir otros temas y darles visibilidad. El primer ministro César Villanueva sostuvo que el gobierno asocia la confianza a la aprobación de cuatro reformas y un referendo para que el pueblo se pronuncie sobre ellas. Aunque Villanueva felicitó al Congreso por la celeridad con la que se aprobó una ley que plasma la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, no se privó de recordar la calificación de “mamarracho” que había sido empleada por algunos miembros de Fuerza Popular.
El clima general en el que tuvo lugar la sesión plenaria del Congreso hacía temer lo peor. Desde la localidad arequipeña de Chala, Keiko Fujimori sostuvo que el voto de confianza no es sino “una cortina de humo para ocultar la incapacidad” del gobierno. La excandidata presidencial de Fuerza Popular afirmó también que nuestro país “no está para golpes de Estado”. La vocera de la bancada fujimorista, Úrsula Letona, se preguntó cuál “es el maquiavélico plan” que inspira al gobierno y sugirió que la crisis política ha sido generada por el gobierno para “blindar a alguien”. También el aprista Javier Velásquez Quesquén creyó ver la sombra de un golpe de Estado en la supuesta actitud impositiva del Ejecutivo ante el Congreso.
Cuando haya pasado la actual etapa de enfrentamientos y armisticios entre el gobierno y el Congreso, el país tendrá que discutir a fondo sobre la manera de promover la inversión, crear empleo formal y aumentar nuestra tasa de crecimiento. Uno de los temas que ya está en debate es la política de hidrocarburos. Otros países supieron adaptarse a la fuerte caída de los precios internacionales del crudo que ha causado una reducción de la inversión y la consecuente baja de la producción petrolera. El Perú no. Lo que ahora está en debate es cómo hacer para mejorar las condiciones de la inversión, sin descuidar los criterios ambientales y sociales. La futura ley tiene que dar respuesta a tres temas precisos: el plazo de las concesiones, el monto de las regalías y el papel de PerúPetro para simplificar los procedimientos.
Por si hicieran falta pruebas de la necesidad de garantizar mejor nuestra seguridad interna, el ministro de Defensa hizo saber que un importante jefe narcoterrorista, alias Basilio, fue abatido ayer en un enfrentamiento con efectivos de la Fuerza Armada, en el que también perdió la vida otro militante de Sendero Luminoso. El operativo militar en el distrito huantino de Llochegua fue ejecutado con la participación conjunta de la Fuerza Armada y la Policía Nacional. Lo que evidencia que también en materia de seguridad, la coordinación es indispensable: las fricciones entre instituciones públicas favorecen a los enemigos del Estado.
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