El ex líder de Perú Posible, quien se encuentra prófugo, ya tiene dos pedidos de prisión preventiva sumadas a órdenes de captura internacional.
La situación de Alejandro Toledo es cada vez más complicada. Este lunes, la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol) confirmó una orden de captura internacional con categoría de alerta roja sobre el expresidente peruano.
La medida tiene relación con el caso Ecoteva, por el que Toledo ya afronta un pedido de prisión preventiva por 18 meses. Al no encontrarse en el país, un juez extranjero debe autorizar la detención. Pero este no es el único hecho que mantiene al ex líder de Perú Posible en aprietos.
1. Las acusaciones. Sobre el expresidente pesan dos pedidos de prisión preventiva y órdenes de captura internacional. Uno es por el presunto delito de lavado de activos tras la creación de una empresa offshore en Costa Rica, de nombre Ecoteva. El otro pedido tiene que ver con el caso de megacorrupción brasileño del momento: Lava Jato. La Fiscalía le imputa la recepción de una coima de 20 millones de dólares de la empresa Odebrecht para ceder la adjudicación de obras públicas durante su mandato.
2. El objeto de la coima. La relación de Toledo con Odebrecht es, según los indicios, el proyecto de la Carretera Interoceánica. La obra no se ejecutó durante su gobierno, pero sí se firmó el contrato de concesión que habría sido consecuencia del soborno. Posterior al acuerdo contractual, el proyecto multiplicó hasta más de cuatro veces su presupuesto.
3. Los implicados. Junto a él estaría su esposa, la ex primera dama Eliane Karp. Ella también ha sido implicada en el delito de lavado de activos por el caso Ecoteva. El ex agente de seguridad de Palacio, Avi Dan On, es otro acusado. Pero el personaje clave tanto de Ecoteva como de Odebrecht es el empresario Josef Maiman. De acuerdo con las investigaciones, este sería el intermediario entre Toledo y el dinero recibido de la empresa brasileña.
4. La fuga. Según las últimas informaciones, Alejandro Toledo se encontraría en Estados Unidos. Es por ello que el Estado peruano hizo llegar al Departamento de Justicia de ese país un pedido de detención. Este debe ser analizado y aprobado por un juez norteamericano. Sin aquella decisión, el expresidente es completamente libre de transitar en cualquier localidad estadounidense.
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