Tras su presentación junto a otros dispositivos de la compañía, esta es la opción de NIUSGEEK sobre el Chromecast 2020, la apuesta de Google por mejorar el mercado de TV Box con su propia propuesta Google TV.
La cuarentena por pandemia ha evidenciado algo innegable: los televisores han recuperado nuestra atención y requieren más recursos. Con el Chromecast, Google impuso una manera distinta y eficiente de evitar la migración a un Smart TV si ya teníamos un equipo con HDMI en casa pero que no tuviera conexión a Internet. Sin embargo, el uso del teléfono como control remoto y emisor añade más pasos al consumo de contenidos, por lo que la estrategia de un “receptor de video” ya no era tan atractiva en un mercado que apostaba por soluciones como el Roku, los Fire TV o la misma Apple TV. NIUSGEEK tiene a prueba un Chromecast con Google TV, la evolución de Android para televisores.
Estas son las cosas que debes saber del equipo:
Nueva forma, tres colores. Cada modelo de Chromecast ha tenido cambios físicos, pero en este caso tenemos otro tipo de elementos. Para empezar, abandonamos el círculo perfecto por una figura parecida a un ícono de aplicación, y con la G estampada a uno de los lados. Si bien tenemos un dongle que se conecta al televisor a través de un cable HDMI propio del equipo, en este caso tenemos una toma USB-C para energía que requiere conexión exclusiva a corriente.
Hasta antes de este modelo, podíamos usar el Chromecast con el poder de los puertos USB de un TV cualquiera. Ahora, debido a la capacidad de proceso en el equipo, se requiere una fuente más poderosa. Considera eso, porque deberás separar una toma eléctrica solo para el Chromecast.
Instalación más larga, pero más completa. En este caso, el proceso de instalación es sencillo, y debes tener a mano la app “Home” de Google, la misma que usas para emparejar las bocinas y los focos de casa. Con esta app, detectarás al equipo siguiendo las instrucciones de pantalla.
Los primeros pasos incluyen un escaneo de código QR con la cámara del smartphone, y luego una serie de activaciones desde el control remoto. Tomando en cuenta las actualizaciones, el proceso siempre duraban entre 5 a 8 minutos. No es corto.
Un control muy útil. Este control remoto es el otro gran diferencial, más allá del nuevo diseño. Estamos ante un equipo muy ligero y que viene con pocos botones para la interacción: un cursor para movernos en la interfaz, un click al medio de ese cursor, tecla de retorno, tecla de comandos por voz – debes dejar apretado ese botón para interactuar con el asistente de Google -, un botón HOME al lado del MUTE, accesos directos para YouTube y Netflix, encendido y selector de input. En medio de esta última fila, encontramos un micrófono y un LED que se ilumina cuando dejamos presionado el botón del asistente.
En este caso, puedes “configurar” el botón de YouTube para abrir otra app de YouTube, dejando presionado el botón hasta que en la pantalla aparezcan las opciones compatibles. No contamos con un proceso para escoger Amazon Prime Video, Disney+ u otra fuente de video. Al lado derecho, nos encontramos con los botones de volumen, que pueden ser configurados desde el proceso de instalación. En la parte trasera tenemos la bandeja para las pilas AAA y, en la punta, un emisor de infrarrojos para encender y apagar el TV.
El LED notificador en el control remoto del nuevo Chromecast tiene 3 variedades de iluminación:
Dos parpadeos rápidos: las baterías están dentro e instaladas, o también un emparejamiento exitoso.
Un pulso suave: el control remoto está listo para emparejarse, o indicaría un error en el emparejamiento.
Una luz persistente: Estamos usando el micrófono para hablar con el asistente.
Lo bueno es que podemos enlazar otros controles de Chromecast en caso tengamos un desperfecto, o seguir usando el equipo desde nuestro teléfono. El control no reemplaza las funciones previas, sino las complementa. Ya no solo podemos enviar imagen desde Chrome o una app en el teléfono, sino que ahora podremos navegar en Google TV.
Google TV, la real evolución de Chromecast. Hay mucho de Android TV en esto, así que atento a los detalles. Cuando Google inició la migración a Google TV, basó este desarrollo en Android 10, la nueva apuesta de ecosistema para los televisores. Con esto, provocó una fragmentación con otras compañías, pues Android TV solo pudo llegar hasta la versión 9. Este cambio ha propiciado un replanteamiento de lo que Google espera para el mercado de TVs en un futuro.
Para moverte, deberás golpear las teclas del cursor en el control remoto en la dirección que desees activar. Estos movimientos te permitirán pasar entre el contenido que el equipo genere en función de accesos.
La interfaz es simple y fácil de entender. En la parte superior nos encontramos con varias pestañas: Buscar, Página principal, Apps y Biblioteca. La pestaña “Buscar” activa el motor del asistente para lo que quieres mostrar en pantalla: un contenido en video o un resultado de Google Assistant. Esa pestaña guarda el historial de consultas y las deja en un formato de lista para que puedas acceder a esas búsquedas previas sin problemas.
En el caso de la página principal, te vas a encontrar con una ventana con muchos cuadros generados por acceso. Con cada app que instales, el Chromecast comenzará a “jalar” tus preferencias y a dejarlas directamente en ese acceso general, de tal forma que puedas navegar desde ahí sin necesidad de hacerlo en Netflix, Disney, Spotify, Blim o cualquier otra. Dependiendo el país, el acceso a contenido es mayor. En el caso de Perú, he podido obtener sugerencias de Netflix, Amazon Prime Video, Spotify, Blim, YouTube, Disney+ y otras que uso regularmente.
En el apartado Apps es en donde encontrarás una especie de “Play Store” curado para TV. Apps de entretenimiento, contenido, clima, VPN, productividad, navegación de archivos, juegos y todo tipo de desarrollo que quieras obtener. Recuerda que el equipo tiene una capacidad no expandible de 4GB, así que con cada instalación el espacio disponible en tu Chromecast será menor. Para juegos, puedes usar el control remoto sin problemas. En la parte superior verás las apps instaladas en el equipo, y en “Ver todo” podrás ordenar la grilla de apps para tener las más importantes siempre disponibles en la página principal. Desde aquí también podrás actualizar, desinstalar o habilitar aplicaciones.
En la “Biblioteca” solo he podido ver el contenido que he adquirido en Google Play películas, un apartado que no me emociona mucho. Estas pestañas cambian su contenido en función de lo que necesitamos y, con el tiempo y más acceso, se van adaptando. Los recursos que se muestran en la página principal tienen un indicador del avance en el contenido, para retomar desde el último punto aquella película o serie que quieres ver.
El lado “Android” de la TV: el menú de configuración. Si le das un clic a la derecha desde “Biblioteca” activarás la barra de notificaciones de Google TV, un apartado similar al de un smartphone. Desde ahí puedes activar la pantalla de espera – aquella que hemos tenido desde siempre en Chromecast cuando no reproduce contenido -, y también el acceso a la configuración del equipo.
Cuando entramos, nos vamos a topar con opciones muy similares a las que tenemos en un teléfono con Android, una serie de menús que permiten configurar la conexión, la resolución, el emparejamiento de equipos Bluetooth – puedes añadir un mouse -, y hasta la activación de “opciones de desarrollador” como en Android para celulares.
En este caso, podrás añadir fuentes a la pantalla de espera, nuevas cuentas de usuario para el acceso personalizado, la actualización de los parches de seguridad y todo cuanto puedes modificar.
¿Y qué tal? En concreto, es un equipo que funciona sin problemas, que se adapta a todo tipo de resolución y frecuencia de refresco. Es una navegación simple, que resulta orgánica porque no hace más de lo que supone: pasar entre punto y punto de un pedazo de la pantalla a otro. Además, tenemos un asistente que funciona sobre todo el contenido sin problemas para nuestras alarmas, dudas, búsquedas o cualquier otro antojo.
Además de ver contenido, podemos transmitir pantallas de smartphones y PCs como siempre, y podemos lanzar presentaciones guardadas en Drive sin problemas. Para usuarios avanzados de Android, podemos instalar APK directamente, ya sea alojando el archivo en un disco externo – con un hub podemos hacerlo, pero recuerda siempre mantener la conexión eléctrica al equipo – o usando apps como Xplore para importar contenido de nube. Podemos usar Plex, un NAS o lo que tengamos en casa conectado a red con este Chromecast.
No he perdido la conectividad en ningún momento, gracias a que estamos ante un equipo de doble banda y mi red 5GHz es muy estable. Este equipo con un sistema WiFi Mesh, por ejemplo, va sin problemas en cualquier a de los cuartos en donde lo instales. De hecho, tengo 3 Chromecast con Google TV en casa y funcionan como una seda.
El equipo no recalienta durante el uso, a diferencia de las primeras unidades de Chromecast que salieron. Al tacto, mantiene una temperatura estable, aunque sube de intensidad con procesos más pesados.
Sin embargo, lo que no me gusta es que no es multicapas. Esto, en términos prácticos, me permitiría navegar en contenido mientras veo otro, y debo salir de YouTube para buscar algo en Netflix. La experiencia de pantalla completa se corta inmediatamente cuando quiero buscar otro contenido para empalmar. Creo que Google TV necesitaría, en algún momento, un modo PIP para poder navegar sin interrumpir lo que vemos. Eso sí, para juegos no es la mejor plataforma si no tienes un mando a distancia emparejado. Asphalt te pide más espacio para iniciar y no es posible cuando tienes varias apps instaladas.
¿Vale la pena? Sí. Yo vengo de un Chromecast de tercera generación y he pasado por un Roku, además de tener la experiencia de uso con webOS y TizenOS. En mi caso, decidí poner este Chromecast en un LG de 2015 porque no puedo descargar apps nuevas, y el soporte para 4K ayuda mucho a que la experiencia de visualización sea buena. Los otros dos están conectados a equipos que no son Smart TV, y es tremendo el cambio de uso. A diferencia de otras experiencias, la facilidad con la que se configura y se conecta lo hace imprescindible en un centro de entretenimiento.
Si tienes un TV con menos de dos años de antigüedad, no necesitas este equipo – salvo que haya apps como Qello, BlimTV o un VPN que requieras instalar -. Si tu TV ya tiene más de 3 años y las aplicaciones ya no pueden actualizarse, ve por él. Yo he ido por tres, hasta ahora, y me va mejor.
* Equipo adquirido de manera personal desde el 30 de octubre del 2020 hasta la publicación de la reseña. Fue adquirida mediante tienda internacional y con servicio de importación a un costo de 50 dólares en la web y 30 dólares adicionales por servicio.
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