El dispositivo sobrevivió. Al revisarlo, se encontraron fotos y videos de lobos marinos en la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Un grupo de científicos de Nueva Zelanda han emprendido una de sus gestas más inusuales: encontrar al dueño de una memoria USB que estaba dentro de excremento congelado de foca.
Los investigadores habían recogido una muestra en noviembre de 2017 para estudiar la salud de las focas leopardo. Luego de un año la sacaron del refrigerador y se dieron con la sorpresa. “Escondida en el excremento había una memoria USB”, indicó el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera o NIWA de Nueva Zelanda.
Los científicos se dieron cuenta de que, a pesar de las condiciones a las que estuvo sujeta, la memoria USB se veía en buena condición. Procedieron a dejarla secar por unas semanas.
Cuando revisaron su contenido se dieron cuenta de que contenía fotos de leones marinos en Porpoise Bay, en la Isla Sur.
El NIWA se mostró dispuesto a devolver la memoria USB a su dueño, pero con una condición: “Los investigadores quisieran más muestras de excremento de foca leopardo”, por favor.
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