Este hallazgo permitirá entender mejor el origen y evolución de los planetas a partir de los cálculos de densidad, masa y temperatura.
El observatorio Kepler ha descubierto dos nuevos planetas similares a Saturno que orbitan alrededor de una estrella y otro tercer posible candidato de un tamaño aproximado a la Tierra, según anunció hoy la NASA.
Esta es la primera vez que la sonda, gracias a sus complejos sistemas, capta más de un planeta transitando alrededor de una estrella.
Según los científicos, este hallazgo permitirá entender mejor el origen y evolución de los planetas a partir de los cálculos de densidad, masa y temperatura, y el análisis de la interacción de ambos cuerpos entre ellos y su estrella.
Los dos planetas han sido nombrados como Kepler 9b y Kepler 9c, y orbitan a una distancia de 2.000 años luz de la Tierra.
Su composición es similar a la de Saturno porque están formados de gases, posiblemente de hidrógeno y helio, según explicó en una conferencia telefónica el director del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, Matthew Holman.
El experto y su equipo han analizado siete meses de los datos de 156.000 estrellas enviados por el potente telescopio, que en su primer año de vida descubrió cinco cuerpos planetarios más allá del sistema solar, denominados exoplanetas.
En ese periodo observaron el movimiento de cada planeta y el tiempo empleado en cada vuelta alrededor de la estrella.
Según el estudio que se publicó hoy en la revista especializada en ciencia "Science", los científicos descubrieron que los periodos de transición de los planetas variaban entre 19,2 y 38,9 días.
Estas variaciones de tiempo se deben a fuertes interacciones gravitacionales entre los recién descubiertos planetas, señalaron.
"Los datos de alta calidad de Kepler y la cobertura durante todo el día del movimiento de los objetos permiten establecer una gran cantidad de mediciones únicas entre la estrellas madre y sus sistemas planetarios", indicó Doug Hudgins, científico del programa Kepler.
La distancia del planeta a la estrella puede ser calculada midiendo el tiempo que transcurre entre las sucesivas rotaciones, mientras el planeta gira alrededor de su estrella.
Precisamente las variaciones en la regularidad de los giros pueden ayudar a determinar la masa de los planetas y detectar otros planetas que no transiten en el sistema.
En cuanto al tercer planeta, los científicos informaron que necesitarían un mayor análisis para confirmar su existencia, pero que podría ser de un tamaño un poco mayor que la Tierra.
Kepler se ha convertido en un componente crucial de los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas con características similares a las de la Tierra.
El objetivo de Kepler, lanzado en marzo de 2009, es recoger datos y pruebas de planetas en zonas alrededores de estrellas ("Goldilocks zone") con condiciones de temperatura medias, de manera que pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.
El telescopio puede detectar cambios en el brillo de las estrellas de 20 partes por millón y las imágenes que transmite son captadas por una cámara con una resolución de 95 megapíxeles (es decir 95 millones de píxeles).
Con sus instrumentos, Kepler trata de determinar la existencia de los exoplanetas a través de los cambios de luz que reflejen sus estrellas cuando los posibles planetas pasan entre ellas y el observatorio.
Teóricamente, si esos cuerpos observados por Kepler son similares a la Tierra tendrían que completar una órbita de alrededor de un año en torno a su estrella.
Una vez detectado uno de esos planetas y confirmada su posición, los telescopios espaciales Hubble y Spitzer podrían continuar con la observación.
Hasta ahora, los astrónomos han logrado identificar mediante diversos sistemas de detección la existencia de 320 exoplanetas.
EFE
Esta es la primera vez que la sonda, gracias a sus complejos sistemas, capta más de un planeta transitando alrededor de una estrella.
Según los científicos, este hallazgo permitirá entender mejor el origen y evolución de los planetas a partir de los cálculos de densidad, masa y temperatura, y el análisis de la interacción de ambos cuerpos entre ellos y su estrella.
Los dos planetas han sido nombrados como Kepler 9b y Kepler 9c, y orbitan a una distancia de 2.000 años luz de la Tierra.
Su composición es similar a la de Saturno porque están formados de gases, posiblemente de hidrógeno y helio, según explicó en una conferencia telefónica el director del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, Matthew Holman.
El experto y su equipo han analizado siete meses de los datos de 156.000 estrellas enviados por el potente telescopio, que en su primer año de vida descubrió cinco cuerpos planetarios más allá del sistema solar, denominados exoplanetas.
En ese periodo observaron el movimiento de cada planeta y el tiempo empleado en cada vuelta alrededor de la estrella.
Según el estudio que se publicó hoy en la revista especializada en ciencia "Science", los científicos descubrieron que los periodos de transición de los planetas variaban entre 19,2 y 38,9 días.
Estas variaciones de tiempo se deben a fuertes interacciones gravitacionales entre los recién descubiertos planetas, señalaron.
"Los datos de alta calidad de Kepler y la cobertura durante todo el día del movimiento de los objetos permiten establecer una gran cantidad de mediciones únicas entre la estrellas madre y sus sistemas planetarios", indicó Doug Hudgins, científico del programa Kepler.
La distancia del planeta a la estrella puede ser calculada midiendo el tiempo que transcurre entre las sucesivas rotaciones, mientras el planeta gira alrededor de su estrella.
Precisamente las variaciones en la regularidad de los giros pueden ayudar a determinar la masa de los planetas y detectar otros planetas que no transiten en el sistema.
En cuanto al tercer planeta, los científicos informaron que necesitarían un mayor análisis para confirmar su existencia, pero que podría ser de un tamaño un poco mayor que la Tierra.
Kepler se ha convertido en un componente crucial de los esfuerzos de la NASA por encontrar y estudiar planetas con características similares a las de la Tierra.
El objetivo de Kepler, lanzado en marzo de 2009, es recoger datos y pruebas de planetas en zonas alrededores de estrellas ("Goldilocks zone") con condiciones de temperatura medias, de manera que pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.
El telescopio puede detectar cambios en el brillo de las estrellas de 20 partes por millón y las imágenes que transmite son captadas por una cámara con una resolución de 95 megapíxeles (es decir 95 millones de píxeles).
Con sus instrumentos, Kepler trata de determinar la existencia de los exoplanetas a través de los cambios de luz que reflejen sus estrellas cuando los posibles planetas pasan entre ellas y el observatorio.
Teóricamente, si esos cuerpos observados por Kepler son similares a la Tierra tendrían que completar una órbita de alrededor de un año en torno a su estrella.
Una vez detectado uno de esos planetas y confirmada su posición, los telescopios espaciales Hubble y Spitzer podrían continuar con la observación.
Hasta ahora, los astrónomos han logrado identificar mediante diversos sistemas de detección la existencia de 320 exoplanetas.
EFE
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