El sistema de olfato electrónico es un instrumento dotado de sensores químicos capaz de reconocer y comparar olores individuales o complejos.
Investigadores españoles han diseñado un sistema de "nariz electrónica" para facilitar la selección de los alimentos más aromáticos, una herramienta que resulta especialmente útil para las empresas.
Los investigadores pertenecen a la Universidad Jaume I de Castellón (UJI), en el este español.
Según informaron fuentes de la UJI, como los sistemas de olfato electrónico no "huelen" igual en función de las condiciones del laboratorio, los investigadores han desarrollado una metodología de tipo estadístico, que permite la comparación eficiente de las características aromáticas de diferentes muestras de un producto.
Hasta la fecha, las muestras analizadas en el día y entre días sufrían una serie de derivas ya que, según explicó el investigador Salvador Roselló, "influye bastante el ambiente, la temperatura del laboratorio o la humedad".
"Para que las evaluaciones sean útiles ha habido que hacer un amplio trabajo previo de corrección a través de una metodología que es extrapolable a otros equipos y productos", concretó.
El sistema de olfato electrónico es un instrumento dotado de sensores químicos y de un programa quimiométrico de reconocimiento de modelos, que es capaz de reconocer y comparar olores individuales o complejos.
Al igual que el sistema olfativo humano, su objetivo es relacionar el aroma que se percibe con una respuesta que, tras ser almacenada en la memoria, sirva como modelo en posteriores análisis.
Las narices electrónicas han encontrado en el sector agroalimentario uno de sus campos naturales de actuación.
EFE
Los investigadores pertenecen a la Universidad Jaume I de Castellón (UJI), en el este español.
Según informaron fuentes de la UJI, como los sistemas de olfato electrónico no "huelen" igual en función de las condiciones del laboratorio, los investigadores han desarrollado una metodología de tipo estadístico, que permite la comparación eficiente de las características aromáticas de diferentes muestras de un producto.
Hasta la fecha, las muestras analizadas en el día y entre días sufrían una serie de derivas ya que, según explicó el investigador Salvador Roselló, "influye bastante el ambiente, la temperatura del laboratorio o la humedad".
"Para que las evaluaciones sean útiles ha habido que hacer un amplio trabajo previo de corrección a través de una metodología que es extrapolable a otros equipos y productos", concretó.
El sistema de olfato electrónico es un instrumento dotado de sensores químicos y de un programa quimiométrico de reconocimiento de modelos, que es capaz de reconocer y comparar olores individuales o complejos.
Al igual que el sistema olfativo humano, su objetivo es relacionar el aroma que se percibe con una respuesta que, tras ser almacenada en la memoria, sirva como modelo en posteriores análisis.
Las narices electrónicas han encontrado en el sector agroalimentario uno de sus campos naturales de actuación.
EFE
Comparte esta noticia