La Unión Europea no quiere que los datos brindados por los relojes inteligentes caigan en manos equivocadas.
La Unión Europea aprobó el jueves la compra de Fitbit, fabricante de relojes inteligentes, por parte de Google, a condición de que la gigante tecnológica no utilice los datos de salud de los usuarios europeos para orientar publicidad.
La transacción asciende a unos 2.100 millones de dólares.
"Podemos aprobar la adquisición propuesta de Fitbit por parte de Google porque los compromisos garantizarán que el mercado de dispositivos portátiles y el incipiente espacio de salud digital se mantendrán abiertos y competitivos", señaló la comisaria europea para la Competencia, Margrethe Vestager, en un comunicado.
"Los compromisos determinarán cómo Google puede utilizar los datos recopilados con fines publicitarios, cómo se protegerá la interoperabilidad entre dispositivos portátiles de la competencia y Android, y cómo los usuarios pueden seguir compartiendo datos de salud y 'fitness'", agregó.
La autorización de la Comisión Europea se produce después de una investigación "en profundidad" sobre la adquisición, por las preocupaciones de que le daría a Google acceso a los detalles de salud de los usuarios y una ventaja de mercado.
En noviembre del año pasado, el titán tecnológico anunció que había llegado a un acuerdo para comprar Fitbit, que produce relojes y rastreadores portátiles de actividad física que se comunican con una aplicación de control de la salud.
Las firmas anunciaron que esperaban concluir el acuerdo para fines de 2020 con la condición de tener el apoyo de los reguladores.
La UE indicó que Google había aceptado una serie de compromisos durante los primeros 10 años para proteger los datos personales y garantizar que la adquisición no elimine del mercado a otros fabricantes de relojes inteligentes.
"Google no utilizará para Google Ads los datos de salud y bienestar recopilados de dispositivos portátiles de muñeca y otros dispositivos de Fitbit", apuntó la Comisión.
Otras condiciones incluyen permitir que otros fabricantes siguieran accediendo al sistema operativo Android, administrado por Google, y a cualquier actualización futura sin que "degrade la experiencia de los usuarios".
La Comisión concluyó que la transacción propuesta, "modificada por los compromisos, ya no generaría preocupaciones sobre la competencia", apuntó el comunicado.
AFP
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