En medio de la promesa del metaverso, se abre un nuevo debate sobre cómo la tecnología sigue expandiéndose sin eliminar las barreras de accesibilidad para los usuarios.
Lourdes Moreno López, Universidad Carlos III
No concebimos nuestro día a día sin acceder a sitios web y usar dispositivos móviles. Y nuestro entorno se extiende progresivamente hacia universos virtuales que darán lugar a la anunciada era de los metaversos.
Ya hoy cualquier actividad administrativa, educativa, empresarial, de salud, etc. está afectada por las actuales tecnologías, y lo estarán más con las nuevas, pero ¿podemos participar todos?
Los sitios web y aplicaciones móviles ya son excluyentes. A medida que el uso de las tecnologías se hace más complejo, los metaversos pueden dejar fuera de juego a más millones de personas que nunca. Ciudadanos mayores, personas con escasa formación, ciudadanos con tiempo limitado para adaptarse al cambio, y por supuesto, los millones de personas con discapacidad son los principales excluidos.
Las barreras de accesibilidad nos afectan a todos en algún momento de nuestras vidas. Estamos a tiempo de contribuir a que el metaverso no nos deje fuera también a nosotros.
Mil millones de afectados
El número de personas con discapacidad es considerable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 15 % de la población mundial, mil millones de personas, vive con algún tipo de discapacidad.
Pero las barreras tecnológicas nos afectarán a todos. A medida que envejecemos se merman capacidades y se van adquiriendo discapacidades.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo una de cada nueve personas tiene más de 60 años, y esa proporción se convertirá en una de cada cinco dentro de 40 años.
Estamos hablando de personas que no podrán acceder a las nuevas tecnologías si no pensamos en ellas, en nosotros mismos, y la brecha digital será cada vez más insalvable.
La accesibilidad por ley
Las leyes exigen que la tecnología sea accesible. Se reconoció como un derecho en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas (ONU) de 2006, ratificada por la Unión Europea.
Entonces se reconoció la discapacidad como el resultado de la interacción entre un individuo y las barreras físicas, tecnológicas y económicas, entre otros aspectos, que impiden su plena participación en la sociedad.
La directiva de la Unión Europea 2016/2102 sobre accesibilidad de los sitios web y las aplicaciones para dispositivos móviles recogió como objetivo crear una Unión Europea sin barreras digitales, en la que todos los ciudadanos tengan acceso a los sitios web públicos sin que cualquier tipo de discapacidad lo impidiera.
Esta directiva ha significado un gran impulso a las políticas de accesibilidad en España, así como en el resto de los países de la Unión Europea.
España hizo la transposición de la directiva con el Real Decreto 1112/2018, que obliga a todos los sitios web y aplicaciones móviles nativas del sector público, o que reciban financiación pública, a que sean accesibles de acuerdo con las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG) y la norma europea EN 301 549.
Esta normativa se debería aplicar a todos los contenidos de los sitios web y aplicaciones móviles nativas del sector público.
Además, con la última directiva europea 2019/882, esta obligatoriedad se extenderá también al ámbito del sector privado.
Las tecnologías, una puerta a la integración
Las tecnologías deberían ser una oportunidad para la integración y la mejora de la autonomía de las personas con discapacidad. Y existen investigaciones relevantes, realizadas por universidades internacionales y españolas, que demuestran que es posible.
Muestra de ello es el gran número de investigaciones en materia de accesibilidad encontradas en congresos relevantes del ámbito internacional como “ACM SIGACCESS Conference on Computers and Accessibility” y nacionales como el congreso “Interacción” de la Sociedad Cientifica Interacción Persona Ordenador (AIPO) en España.
Una persona ciega debería poder acceder sin barreras a cualquier periódico a través de un sitio web accesible y estar al tanto de la actualidad a través de las redes sociales.
Incluso las tecnologías pueden suponer nuevas posibilidades. Un ejemplo es la aplicación móvil “Navidad Accesible” que hemos desarrollado en el grupo Human Language and Accessibility Technologies Group (HULAT), perteneciente al Departamento de Informática de la Universidad Carlos III (UC3M) de Madrid.
La aplicación “Navidad accesible” permite a las personas ciegas disfrutar del tradicional alumbrado navideño en Madrid. Para ello, generamos un sistema de audiodescripciones asignados a diferentes calles. El usuario puede acceder a audios que narran cómo es el alumbrado de cada enclave, el diseño, incluso las sensaciones que genera.
A las personas con discapacidad intelectual se les pueden ofrecer interfaces de usuario fáciles de manejar, contenidos con un lenguaje claro que facilite la comprensión y la búsqueda de contenido.
Con el objetivo de hacer accesible la lectura, hemos desarrollado la plataforma EASIER que ofrece distintas soluciones tecnológicas. Por ejemplo, facilita el acceso a contenidos adaptados para que sean sencillos y de fácil comprensión para las personas con discapacidad intelectual de manera específica, y a todas las personas en general, apoyándonos en métodos de la inteligencia artificial y procesamiento de lenguaje natural.
La herramienta proporciona una simplificación léxica de los textos en español, con sinónimos que sustituyen palabras complejas, y pictogramas.
A las personas con movilidad reducida se les puede proporcionar dispositivos adaptados y mecanismos de síntesis de voz para que puedan acceder a distintas tecnologías, como videojuegos o acceso a mundos virtuales donde disfruten de experiencias interactivas en las que la discapacidad no sea un obstáculo.
Hoy la tecnología de reconocimiento de voz ofrece soporte al subtitulado para personas sordas. En el grupo HULAT lideramos el proyecto Access2Meet en el que investigamos en plataformas de videoconferencia accesibles que proporcionen distintos recursos de accesibilidad como puede ser el subtitulado o transcripciones de calidad.
Mirando a las nuevas tecnologías
En la última década, nos hemos ido adentrando en el universo del internet de las cosas (IoT), llenando nuestros hogares y ciudades de dispositivos inteligentes como relojes, televisiones, altavoces o asistentes virtuales.
Uno de los objetivos de estos dispositivos es hacernos la vida más fácil, pero esto solo será cierto si se tiene en cuenta en su creación a todas las personas.
De IoT vamos a pasar al metaverso, donde a través de dispositivos de realidad extendida, como gafas y guantes conectados, podremos interactuar con los distintos elementos de un mundo virtual.
No tenemos que caer en crear tecnologías y nuevos universos sin tener en mente la accesibilidad si no queremos que un gran número de personas queden fuera, excluidas en la nueva sociedad de la información.
Para impulsarlo, es necesaria una palanca de cambio en las organizaciones, que transforme sus políticas, asumiendo la accesibilidad además de como un derecho, como una ventaja mercantil para alcanzar a un mayor número de clientes.
Esta es también una buena razón por la que cada vez más empresas, incluidos gigantes tecnológicos como Google, Apple y Facebook, empiezan a apostar por diseños virtuales accesibles. No solo porque la ley obligue, también porque llegar a más personas significa más negocio.
Lourdes Moreno López, Profesor Titular, Departamento de Informática, Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Carlos III
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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