Cuando conversamos cara a cara con otras personas transmitimos tanto información verbal (el mensaje) como no verbal (la entonación, el lenguaje corporal, los gestos y las expresiones faciales). Esta última desempeña un papel esencial para descifrar correctamente el significado del mensaje y la intención del emisor. Por eso, en el segundo ejemplo, la mayoría de nosotros inferiremos que la fiesta fue un fiasco.
Imagínese que se levanta por la mañana y recibe el siguiente mensaje en su teléfono móvil:
¡Menuda fiesta! 🤩
Casi con total probabilidad deducirá que se trató de un acontecimiento sumamente divertido. Pero, ¿qué ocurriría si al consultar su teléfono se encontrara con este otro?:
¡Menuda fiesta! 👿
Cuando conversamos cara a cara con otras personas transmitimos tanto información verbal (el mensaje) como no verbal (la entonación, el lenguaje corporal, los gestos y las expresiones faciales). Esta última desempeña un papel esencial para descifrar correctamente el significado del mensaje y la intención del emisor. Por eso, en el segundo ejemplo, la mayoría de nosotros inferiremos que la fiesta fue un fiasco.
La forma en que nos comunicamos experimentó una gran transformación a comienzos de este siglo. Nuestras interacciones sociales comenzaron a producirse de modo virtual a través de móviles y de redes sociales. Esta situación generó nuevas formas de comunicación escrita con innegables aspectos positivos, pero con una limitación evidente: la ausencia del ingrediente no verbal presente en la comunicación cara a cara.
Para paliar este defecto se idearon los emojis. El sistema estándar Unicode Emoji v.15 reúne más de 3 000 emojis que representan caras, gestos, personas, profesiones, animales, elementos de la naturaleza, edificios, objetos, actividades, etc.
Los emojis más conocidos son los que representan caras (🤓) y algunos otros elementos como corazones (💕) y gestos (🤦♀️ o 👌). A su vez, estos son los emojis que más se usan como sustitutos de la comunicación no verbal con la doble función de transmitir las emociones del emisor y clarificar el contenido del mensaje.
Los emojis y las expresiones faciales
¿Funcionan los emojis de caras del mismo modo que las expresiones faciales emocionales en la comunicación en persona? Sabemos que las expresiones faciales influyen en el observador de dos formas: permiten inferir qué emoción experimenta el emisor y desencadenan reacciones afectivas en el receptor.
Gracias a varias investigaciones sabemos que la intensidad emocional de mensajes del tipo “es inteligente” o “es estúpido” aumenta cuando las expresiones positivas van acompañadas de un emoji alegre (😊) y las negativas de uno triste (😔).
Además, las personas experimentan un mayor contagio emocional (por ejemplo, se sienten más abatidos al leer un texto triste) cuando un mensaje escrito viene acompañado por un emoji congruente con la emoción expresada.
Por último, cuando vemos emojis que expresan emociones nuestro cuerpo reacciona de forma similar a cuando vemos caras reales.
¿Existe consenso sobre cómo interpretamos su significado?
Para que los emojis sean una de las principales herramientas para expresar emociones debe existir un acuerdo acerca de su significado entre los usuarios. Sin embargo, el nivel de consenso varía mucho y algunos emojis son más ambiguos que otros.
En el caso de las emociones, algunos emojis se relacionan de manera unánime con una única emoción, como 🙁 (tristeza). Por el contrario, emojis como 😬 se relacionan con catorce emociones distintas.
La variación en el grado de consenso sobre el significado de los emojis puede deberse a la propia complejidad de la emoción expresada por el emoji (tal y como también ocurre con algunas expresiones faciales). Otra posible causa es el grado de similitud entre el emoji y la expresión emocional de la cara representada. Además, habría que considerar las diferencias individuales y culturales entre los usuarios.
Un último aspecto a tener en cuenta es que Unicode proporciona un código para cada emoji, pero no el símbolo gráfico. Esto tiene como consecuencia que su apariencia puede variar de unas plataformas a otras, de las que existen al menos 46.
De este modo, si el emisor y el receptor usan dispositivos distintos, es posible que la apariencia del emoji enviado sea diferente de la del recibido. Se ha visto que el significado de algunos emojis, como 😍, es muy consistente en las distintas plataformas, mientras que en otros casos existen discrepancias muy acentuadas (por ejemplo, 🙌 se interpreta como celebración en algunas plataformas y en otras como oración).
Cuidado con la ambigüedad
Los emojis se utilizan para comunicar emociones y clarificar el contenido de nuestros mensajes. Los usamos mayoritariamente en mensajería instantánea, con amigos y personas de nuestro círculo social más próximo, y en contextos informales. En ocasiones, los empleamos simplemente por diversión o para estrechar la relación con nuestros interlocutores. En definitiva, los emojis facilitan la comunicación digital pero, ¡ojo!, no olvide que nuestro destinatario no siempre los interpretará como queremos 😬.
Pilar Ferré Romeu, Profesora titular del Área de Psicología Básica. Departamento de Psicología. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona, Universitat Rovira i Virgili; José Antonio Hinojosa Poveda, Profesor Titular del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia, Universidad Complutense de Madrid; Juan Haro Rodríguez, Profesor Agregado del Área de Psicología Básica. Departamento de Psicología. Tarragona, Universitat Rovira i Virgili, and Miguel Ángel Pérez-Sánchez, Profesor Titular del Dpto. de Psicología Básica y Metodología, Universidad de Murcia, Universidad de Murcia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
Te recomendamos METADATA, el podcast de tecnología de RPP. Noticias, análisis, reseñas, recomendaciones y todo lo que debes saber sobre el mundo tecnológico.
Comparte esta noticia