Haim Kanievsky, considerado una de las cinco autoridades rabínicas más influyentes del país, comparó los smartphones de Apple con un arma de guerra.
El rabino Haim Kanievsky, considerado una de las cinco autoridades rabínicas más influyentes de Israel, ha emitido un aviso a sus seguidores para que quienquiera que tenga en su mano un teléfono inteligente iPhone lo quemen sin contemplaciones.
La promoción del último producto de la marca Apple podría sufrir un duro golpe en el Estado judío después de que este importante rabino censurara el móvil, al que compara con un arma de guerra por "el potencial daño que puede causar", informa hoy la edición electrónica del diario The Jerusalem Post.
Kanievsky se pronunció así en su último edicto religioso después de que varios usuarios del entorno ultra-ortodoxo le interpelaran acerca de la conveniencia de emplear el teléfono inteligente en consonancia con la ley judía.
El anuncio forma parte de una campaña iniciada años atrás por líderes de estas comunidades, que frecuentemente denuncian que los teléfonos inteligentes y su acceso a internet y a la televisión son incompatibles con las normas de moral judía pues facilitan contenidos pornográficos y fuentes de información que van más allá de los estrictos márgenes que permite el mundo ultra-ortodoxo.
Numerosos miembros de estos colectivos cuentan con "teléfonos celulares kosher", que no tienen conexión a internet, no pueden recibir ni enviar mensajes y no están operativos durante la jornada de descanso sabática.
El pasado 12 de septiembre el rabino Lior Glazer protagonizó una ceremonia ritual de destrucción de iPhones en la ciudad de Bnei Brak, de mayoría ultra-ortodoxa, en respuesta a la supuesta influencia maligna del aparato.
La secta fundamentalista judía Eda Haredit también le ha declarado la guerra, al igual que a la versión de Android, BlackBerry y similares, por el "holocausto espiritual" que en su opinión provocan estos artilugios electrónicos.
El Canal 10 de la televisión israelí difundió ayer imágenes de varios ultra-ortodoxos judíos rompiendo en mil pedazos esos dispositivos con un martillo.
EFE
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