La historia de Pavel Durov no solo está limitada a Telegram.
Pavel Durov, el multimillonario ruso de 39 años y fundador de la popular aplicación de mensajería Telegram, fue detenido el sábado por la noche en el aeropuerto Le Bourget de París. Su arresto ha generado gran revuelo mediático y reacciones encontradas, dado su controvertido perfil como empresario tecnológico libertario.
De VKontakte a Telegram
Durov saltó a la fama en 2006 al crear VKontakte (VK), la red social más grande de Rusia, apodada el "Facebook ruso". Bajo su liderazgo, VK alcanzó rápidamente los 3 millones de usuarios en 2007. Sin embargo, las presiones del Kremlin para censurar contenido llevaron a Durov a vender su participación y abandonar Rusia en 2014.
Ese mismo año, junto a su hermano Nikolai, Pavel Durov lanzó Telegram, una aplicación de mensajería encriptada enfocada en la privacidad. Hoy, Telegram cuenta con más de 900 millones de usuarios activos mensuales y está valorada en unos 30 mil millones de dólares.
Un defensor de la libertad de expresión
Durov se ha caracterizado por su férrea defensa de la privacidad y la libertad de expresión en línea. En repetidas ocasiones se ha negado a cooperar con autoridades rusas y occidentales para moderar contenido o revelar datos de usuarios en Telegram.
"La humanidad necesita una plataforma neutral como Telegram que respeta la vida privada y la libertad de las personas", ha afirmado Durov. "Somos imparciales. Las reglas son iguales para todas las partes".
Esta postura le ha valido tanto elogios como críticas. Mientras algunos lo ven como un paladín de las libertades digitales, otros señalan que su falta de moderación permite actividades delictivas en Telegram.
Acusaciones y detención en Francia
Durov enfrenta ahora acusaciones en Francia relacionadas precisamente con la insuficiente moderación en Telegram. Según medios franceses, se le investiga por delitos como terrorismo, narcotráfico, estafa y blanqueo que se habrían facilitado por la aplicación.
Tras su arresto, Telegram emitió un comunicado afirmando que Durov "no tiene nada que ocultar" y calificando de "absurdo" responsabilizarlo por el mal uso de la plataforma. El Kremlin, por su parte, ha exigido a París que se respeten los derechos de Durov.
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