El juego de cartas de Dota 2 se está consolidando como un gran fracaso en el mercado y Valve no halla la manera de cambiar la situación.
El último videojuego creado por Valve, Artifact, traía demasiadas expectativas consigo. Agarrando grandes rasgos de la historia y los gráficos de Dota 2, el título de cartas prometía cambiar el panorama del género y convertirse en un gran competidor.
Sin embargo, a dos meses de su lanzamiento, no vemos más que críticas. Y las estadísticas son claras: de los 60 mil jugadores activos diarios con lo que contaba Artifact, a mediados de enero solo quedan unos 3 mil.
Según reporta Steam Charts, el pico de jugadores en los últimos tres días es de 3 126 jugadores y la menor fue de 1 639. Poca emoción queda en la comunidad del videojuego, provocando un éxodo masivo de los servidores
¿A qué se debe esta fuga de jugadores? Hay muchas posibles explicaciones. La primera es el precio del videojuego: 20 dólares. Los demás juegos de cartas como Gwent, Hearthstone y el propio Magic son gratuitos y se pueden conseguir sobres de cartas con dinero del propio juego, mientras que en Artifact debes pagar si o si.
Asimismo, la jugabilidad de Artifact es más complicada que la de otros juegos de cartas, y aunque esto pueda ser un factor discutible, aleja a una gran cantidad de jugadores casuales que suelen mantener e invertir gran cantidad de dinero a los videojuegos.
¿Podrá salvarse Artifact de este desastre? Solo Valve tiene en sus manos esta situación.
Artifact está disponible para PC desde el día 28 de noviembre a un precio de 20 dólares en Steam. El equipo está a cargo de Valve y toma gran parte de los héroes y unidades de Dota 2 para alimentar la narrativa del videojuego.
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