Miami tiene un conjunto de leyes curiosas que probablemente no sabías que existen. Aquí te contamos seis de las más sorprendentes.
En muchas ciudades de Estados Unidos, las leyes pueden ser tan peculiares que cuesta creer que aún sigan vigentes. Miami no es la excepción, con un repertorio de reglas que resultan, cuanto menos, curiosas.
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Insólitas leyes
1. Prohibido imitar animales
Una de las leyes más insólitas de Miami prohíbe imitar sonidos de animales en público. Esta normativa se creó con el objetivo de mantener el orden, aunque en la actualidad no parece tener mucha aplicación. Aun así, sigue en vigor, sorprendiendo a quienes la descubren.
2. No se permite andar en monopatín en comisarías
Si alguna vez pensaste en usar un monopatín dentro de una comisaría de policía, en Miami no podrías hacerlo. Esta ley, por obvias razones de seguridad, prohíbe andar en monopatín en cualquier comisaría. Aunque suene lógico, es curioso que esté explícitamente escrita en los códigos legales.
3. Prohibido cantar con traje de baño
En las playas de Miami Beach, además de disfrutar del sol y la arena, deberás tener cuidado con una ley bastante curiosa: no puedes cantar en público mientras usas traje de baño. Aunque no se aplica con frecuencia, sigue vigente y es parte de las normas locales.
4. Límite de langostas por persona
En el ámbito de la pesca, Florida tiene reglas muy específicas. En Miami, está prohibido capturar más de 12 langostas por persona al día. Esta ley se enmarca dentro de los esfuerzos de conservación de la vida marina y es parte del Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado.
5. Prohibido llevar globos metálicos cerca de líneas eléctricas
Aunque tiene sentido desde una perspectiva de seguridad, es ilegal en Miami llevar globos de helio metálicos cerca de las líneas eléctricas. El riesgo de cortocircuitos hace que esta medida sea lógica, pero sigue siendo una de las normativas más curiosas de la ciudad.
6. Los elefantes deben pagar estacionamiento
Finalmente, una de las leyes más absurdas en Miami es la que obliga a los dueños de elefantes a pagar estacionamiento si los atan a un parquímetro. Aunque resulta anacrónica, esta normativa probablemente surgió en una época en la que los espectáculos con animales exóticos eran más comunes en la ciudad.
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