Cubano, padre de tres hijos, fue alcanzado por rayos en cinco ocasiones entre 1982 y 1991, y ha tenido que ser hospitalizado, pero milagrosamente ha sobrevivido en todos los casos.
Un agricultor cubano ha sobrevivido a cinco impactos de rayos sobre su cuerpo, sufridos durante varios años, según relata hoy el diario regional cubano Periódico 26.
Jorge Márquez, padre de tres hijos, fue alcanzado por rayos en cinco ocasiones entre 1982 y 1991, y ha tenido que ser hospitalizado, pero milagrosamente ha sobrevivido en todos los casos sin otras consecuncias aparentes que un crecimiento anormal de sus uñas y cabellos.
El primer rayo lo alcanzó en 1982 cuando estaba sobre su tractor: "Me perforó los tímpanos, me quemó el pelo y la espalda, me arrancó los empastes de las muelas y me hizo otros daños, aunque no de consideración. El motor del tractor no sirvió para más nada", señaló el agricultor.
En algunos casos ha sentido un frío helador atravesar su cuerpo, en otras, algo parecido a un hierro candente cuando entre en agua, pero sus dos últimos impactos fueron ya más débiles: "No porque cayeran más lejos -bromea-, sino porque mi cuerpo parece que se va adaptando o porque ya llevo parte de ellos dentro de mí".
"Yo he llegado a pensar que me persiguen, pues no es normal que caigan cerca de tu casa 15 truenos en menos de dos años, en referencia a todos los rayos caídos además en las inmediaciones de su casa. EFE
Jorge Márquez, padre de tres hijos, fue alcanzado por rayos en cinco ocasiones entre 1982 y 1991, y ha tenido que ser hospitalizado, pero milagrosamente ha sobrevivido en todos los casos sin otras consecuncias aparentes que un crecimiento anormal de sus uñas y cabellos.
El primer rayo lo alcanzó en 1982 cuando estaba sobre su tractor: "Me perforó los tímpanos, me quemó el pelo y la espalda, me arrancó los empastes de las muelas y me hizo otros daños, aunque no de consideración. El motor del tractor no sirvió para más nada", señaló el agricultor.
En algunos casos ha sentido un frío helador atravesar su cuerpo, en otras, algo parecido a un hierro candente cuando entre en agua, pero sus dos últimos impactos fueron ya más débiles: "No porque cayeran más lejos -bromea-, sino porque mi cuerpo parece que se va adaptando o porque ya llevo parte de ellos dentro de mí".
"Yo he llegado a pensar que me persiguen, pues no es normal que caigan cerca de tu casa 15 truenos en menos de dos años, en referencia a todos los rayos caídos además en las inmediaciones de su casa. EFE
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