Paul Corby tiene un ventrículo izquierdo que no se cerró después de su nacimiento, por lo que su corazón no bombea la cantidad adecuada de sangre.
Ya era bastante difícil para Karen Corby saber que su hijo autista necesitaba un trasplante de corazón para sobrevivir, pero era aún más difícil tomar la noticia de que los médicos no le darían una.
Paul Corby, de 23 años, tiene un ventrículo izquierdo que no se cerró después de su nacimiento, por lo que su corazón no bombea la cantidad adecuada de sangre.
La madre recibió una carta de Penn Medecine, que forma parte del Hospital de la Universidad de Pennsylvania (EEUU), en la que se le informó que Paul no estaba en la lista de trasplante de corazón.
Un cardiólogo de esa institución de salud dijo que a Paul Corby se le negó por “sus problemas psiquiátricos, autismo, la complejidad del proceso, los procedimientos múltiples y el efecto desconocido e impredecible de los esteroides en el comportamiento".
Comparte esta noticia