Se llama Leonardo, pesa ocho kilos y tiene dos metros de altura. ´Cuando llega la noche lo meto en la habitación de invitados y durante el resto del día toma el sol´, señala su dueño.
Dócil y obediente, este buitre leonado, una de las mayores aves rapaces que pueden encontrarse en la Península Ibérica, se ha adaptado a una familia y al resto de anfitriones: perros gatos y gallinas.
"No es habitual tenerlos tan cerca y poder tocarlos con esa facilidad", cuenta Juan Molina (27) su dueño.
Leonardo, como así decidieron llamarlos sus dueños temporales, es de pico robusto y gran plumaje, capaz de destrozar un hueso humano. "Aquí se quedará hasta que lo recojan técnicos de la Consejería de Medio Ambiente el próximo lunes", señaló María Pena (25), pareja de Juan.
Con ocho kilos y dos metros de envergadura, es la atracción "Cuando llega la noche lo meto en la habitación de invitados y durante el resto del día toma el sol", señalaron.
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