El alcalde de Champlan, Christian Leclerc, se disculpó alegando falta de espacio y la prioridad de las personas ´que pagan los impuestos municipales´.
El alcalde de la localidad francesa de Champlan, situada unos kilómetros al sur de la capital, París, provocó indignación al negarse a enterrar en el cementerio de su municipio a una bebé de etnia gitana fallecida ocho días antes, cuyos padres habitan un poblado de chabolas y caravanas local.
El alcalde Christian Leclerc se disculpó alegando falta de espacio y la prioridad de las personas “que pagan los impuestos municipales”.
A las asociaciones caritativas que socorren a los gitanos necesitados, la alcaldía transmitió además que el fallecimiento de la niña había sido registrado en otra localidad cercana, Corbeil Essonnes, y no en Champlan.
Las excusas no convencen a las asociaciones. “Es despreciable. No se puede negar a unos padres un trozo de tierra donde enterrar a su bebé, ¡es algo nunca visto!”, exclamó ante la reportera del diario ‘Le Parisien’ la militante ecologista Eve Desjardins.
La Asociación de Solidaridad en Essonne con las Familias Rumanas y Gitanas deplora que jurídicamente no pueda hacerse nada contra el ayuntamiento por lo que califica como “racismo, xenofobia y estigmatización”.
La bebé, llamada María Francesca, vivió apenas tres meses, falleció de muerte súbita en la noche del 25 al 26 de diciembre. Se informó que será enterrada el lunes en otro municipio cercano, el de Wissous.
En el poblado donde viven los padres de María Francesca se hacinan unas 80 personas sin agua, electricidad ni servicio de recogida de basuras. Están censados en la sede de una asociación religiosa local, dada la negativa del alcalde a registrar familias gitanas en su municipio.
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