Rex Crane fue hallado culpable de fraude y condenado a cuatro años de prisión por haber cobrado casi 700.000 dólares sin haber cumplido un solo día de servicio militar, aseguran.
Un australiano de 84 años pasará seis meses entre rejas por haberse beneficiado desde 1998 de una pensión de veterano de la Segunda Guerra Mundial pese a que jamás se alistó en el Ejército, informó hoy la prensa local.
Rex Crane fue hallado culpable de fraude y condenado a cuatro años de prisión por haber cobrado casi 700.000 dólares sin haber cumplido un solo día de servicio militar, según el diario "Sydney Morning Herald".
"Su conducta es un insulto a todos los que lucharon, fueron capturados, torturados o murieron", le reprochó el juez, que redujo la sentencia a seis meses por la avanzada edad de Crane.
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, el impostor logró convencer a las autoridades de que había sido con 15 años el combatiente más joven de Australia en la contienda y fue prisionero de las fuerzas japonesas en la ex colonia británica de Malaya.
Crane también aseguró que los soldados nipones le torturaron golpeándole las piernas con un palo de bambú, obligándole a comer arroz crudo y clavando sus manos a un árbol, y trabajó en la construcción del ferrocarril con el que el Ejército japonés quería conectar Tailandia con Birmania.
Tanto le creyeron que el farsante fue cubierto de medallas e incluso llegó a ser elegido presidente de la Asociación de Veteranos de Guerra de Australia.
Esto fue hasta que el año pasado un historiador le desenmascaró y demostró que toda su historia era falsa.
Finalmente, Crane admitió que nunca se alistó pues durante toda la guerra no salió de la ciudad de Adelaida, y todos los detalles de su hazañas los aprendió en libros de historia.
"El pasado se ha cobrado su deuda conmigo. Siempre pensé que saldría airoso y nadie se daría cuenta", señaló sin arrepentirse el farsante.
Australia entró en la Segunda Guerra Mundial al lado del Reino Unido en 1939 y casi un millón de sus soldados y marineros combatieron en Europa, norte de África y Pacífico Sur, donde murieron más de 27.000 hombres.
EFE
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