Doce cuerpos momificados hace trescientos años que forman parte del Museo de El Carmen de Ciudad de México son este año protagonistas del altar conmemorativo del Día de Muertos, que se celebra el 1 de noviembre.
Las fotografías de gran formato de los doce cadáveres momificados adornan desde esta semana y hasta el próximo 4 de noviembre la ofrenda del día de muertos que se ha montado en la sala de exposiciones temporales del recinto, ubicado en el barrio capitalino de San Ángel.
La muestra invita al público a "contemplar a detalle a estos personajes: sus expresiones, el desgaste de la piel o los atuendos con que fueron ataviados al morir".
En un comunicado del INAH Alfredo Marín Gutiérrez, director del museo, señaló que no se sabe con certeza quiénes fueron estas personas pero una de las leyendas en torno a ellas apunta a que eran "benefactores del convento, gente que daba dinero para ayudar a los frailes carmelitas que habitaron en este edificio en el siglo XVII".
Supuestamente los restos fueron descubiertos en el convento por revolucionarios zapatistas en 1917.
"Al no encontrar nada los revolucionarios se fueron del sitio dejando los cuerpos abandonados. Años más tarde la gente de la comunidad entró al lugar de manera clandestina y descubrió las momias, que poco a poco empezaron a cobrar fama en el barrio capitalino", refirió Marín.
En 1929 las momias fueron depositadas en cajas donde se han conservado en buen estado, en un área de criptas que será abierta al público a fines de 2012.
La exposición fotográfica la forman treinta reproducciones fotográficas en color sepia, doce de las cuales muestran tres cuartas partes de cada cuerpo y las dieciocho restantes, algunos detalles de las momias.
En torno a las fotografías está el resto del altar de muertos, que componen elementos tradicionales como papel picado, pan de muerto, adornos florales, velas y calaveras de cartón.
De origen prehispánico los festejos del Día de Muertos tienen en México un toque humano, festivo y tradicional que se materializa en la instalación de ofrendas de muertos en los hogares y en los cementerios por parte de millones de familias.
EFE
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