En caso de renunciar a una suegra de oficio, el hombre podría perder la patria potestad de sus tres hijos si se demuestra que están faltos de cariño y apoyo familiar.
Juan Bollaco Perdén se encontraba en el fúneral de su suegra, una anciana de 75 años, cuando dos asistentes de servicios sociales irrumpieron el lugar al finalizarse al ceremonia.
Le comunicaron que se le había “asignado” otra suegra de oficio a quien podría conocer durante la misma semana luego de arreglar ciertos trámites. “Es verdad que no me llevaba muy bien con mi suegra, pero me niego a sustituirla por otra. Me parece una falta de respeto a su memoria”, explica Bollaco.
Sin embargo, según informa el medio español El mundo Today, el Estado español considera que “el derecho a una suegra es fundamental para la estabilidad emocional de la familia”. Dado que no puede permitirse una suegra de pago, el Estado optó por contratar con fondos públicos a una mujer de 60 años, “en perfecto estado y con ganas de ponerse a trabajar”.
La hija de la fallecida se muestra un poco más optimista. “No es mi madre ni quiere serlo, pero me hará compañía. No sé por qué mi marido se pone así. Seguro que también sabrá asesorarnos en temas de decoración y gastronomía como hacía mi madre, que en paz descanse”, dice su esposa.
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