Un video de Youtube muestra cómo actúa la policía de Nueva York ante la conducta del dueño de un lujoso vehículo.
Polémica ha desatado la sentencia de 6 años y 8 meses de prisión efectiva que el Poder Judicial del Callao le impuso a Silvana Buscaglia Zapler, la mujer que agredió a un policía en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez el pasado viernes 17 de diciembre.
Para algunos, aunque dura, la sanción es ejemplar y correcta; sin embargo, muchos la consideran desproporcionada e injusta. Lo cierto es que Buscaglia sí cometió un delito en contra de la administración pública en las modalidades de violencia y resistencia a la autoridad, lo que las leyes peruanas castigan con entre 8 y 12 años de cárcel.
Pero esta no es la primera vez que en nuestro país ocurre un hecho similar en el que nuestros policías, a quienes maltratamos pero luego exigimos seguridad, son agredidos por ciudadanos de conducta más que reprochable; sin embargo, sí es la primera vez que un delito como el de Buscaglía se hace tan mediático.
Y es que en una población sensible y cansada de las innegables desigualdades sociales existentes, conductas como la de Buscaglia Zapler van a generar siempre el rechazo de la gente y de manera más intensa y exacerbada que si el delito lo cometiera alguien de menor status social.
Entonces nos preguntamos indignados qué pasaría ante hechos similares en otros lugares del mundo. La respuesta está en este video subido a Youtube en 2012 y que cuenta con más de 25 millones de vistas.
En las imágenes se puede ver como un policía de la ciudad de Nueva York se dispone a dejar una papeleta en el parabrisas de un Ferrari aparentemente estacionado en zona restringida. De pronto, el dueño del vehículo sale en escena, se sube al auto, lo enciende e intenta avanzar atropellando al policía.
El agente le pide que se detenga pero el prepotente conductor ignora su aviso, entonces el policía enfurece, golpea la luna del carro y haciendo uso legítimo de su autoridad abre la puerta del conductor y a la fuerza lo obliga a bajar del lujoso auto, lo empuja contra la carrocería y junto a un compañero logran reducirlo hasta ponerlo en el piso.
Una vez en el suelo, lo enmarrocan y se lo llevan detenido en un auto de la policía. Todo esto ante la atenta mirada de su novia y de los transeúntes que no intervienen ni a favor ni en contra de ninguna de las partes, dejando en evidencia el enorme respeto y hasta miedo que debe imponer la policía.
Una escena que difícilmente se podría ver en un país como el nuestro, en donde un policía para no ser acusado de abuso de autoridad tiene que actuar con sumisión ante ciudadanos de status social bajo que no solo desacatan su autoridad, sino que lo agreden. Así pues, sería muy difícil pensar que podría hacerlo ante el dueño de un lujoso auto como el Ferrari del video que solo puede ser conducido por alguien de amplios recursos y altas influencias.
En cualquier caso, el video demuestra que en otros países se respeta a la policía y de lo contrario esta se hace respetar ante cualquier ciudadano, independientemente de su condición social, color de piel, etc.
Comparte esta noticia