A veces comemos para lidiar con emociones intensas, sin tener hambre
¿Alguna vez has comido por sentirte ansioso o estresado? Este tipo de ingesta de comida, la cual no está motivada por razones de hambre, se conoce como hambre emocional.
“Hay personas que se desahogan con la comida frente a diversas emociones con las que no pueden lidiar. Puede ser frente a la tristeza, alegría, preocupación, miedo o ansiedad. Es una manera de sentirse bien, y algunas personas sienten que no pueden parar”, explica Diana Pacheco, psicóloga especialista en patologías alimentarias.
La experta nos da 7 recomendaciones para lidiar con el hambre emocional y no darse atracones.
1) Darse cuenta de tus emociones y necesidades. Es importante ser conscientes de las emociones que experimentamos, para saber por qué queremos huir mediante la comida. “Hay gente muy perfeccionista, que no tolera la frustración. Cuando se acerca una fecha de examen o una entrega de trabajo, empiezan a comer sin parar”, ejemplifica Pacheco.
2) Desarrollar un lenguaje para expresar lo que nos sucede. Así como es importante saber qué nos pasa, es fundamental verbalizar y expresar estas emociones. Hablar sobre ellas con nosotros mismos nos ayudará a calmarnos.
3) Conversar con una persona de confianza. Asimismo, dialogar con una persona cercana también te ayudará a controlar tus impulsos. “La idea es ser consciente de nuestros problemas y pedir ayuda profesional de ser necesario.”
4) Salir a caminar. Esta es una buena opción para distraer nuestra mente de esa comida que nos atormenta. “A veces no es que tengamos hambre sino que estamos aburridos y no sabemos qué más hacer. Salir, caminar y despejarse puede ayudar a olvidar que ‘necesitamos’ comer.”
5) Hacer deporte. Asimismo, una manera de no caer en el impulso de comer es hacer deporte. “Muchas personas mastican chicles o comen porque no pueden controlar sus impulsos. Para esto es bueno hacer actividad física: distrae nuestra mente y nos fija objetivos concretos.”
6) Darse una ducha de agua caliente. Esta también es una manera de relajarse sin recurrir a la comida. “El estrés o el ansia puede ser combatida con actividades tan simples como darse una larga ducha de agua caliente.”
7) Comer poco varias veces al día. Si nada de esto es suficiente, entonces podemos comer eso que nos gusta varias veces al día, sin exagerar. “Tratemos de comer balanceadamente. Si tenemos un antojo muy fuerte, podemos comer muy poco a lo largo del día, pero no darnos atracones”, finaliza la especialista.
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