Desde escupir, ingerir arsénico o tomar vinagre. Un repaso por algunas de las dietas más extrañas que estuvieron de moda a lo largo de la historia.
A lo largo de la historia han aparecido dietas que por diversos motivos estuvieron de moda por un tiempo. Los romanos y los griegos ya la hacían, aunque por entonces era por cuestiones de salud y forma física.
Fue en la época victoriana cuando realmente empezaron a tener éxito las dietas rápidas como las de nuestros días.
"La palabra griega diatia describe todo un nuevo estilo de vida", dice Louise Foxcroft, quien escribió el libro Calorías y Corsés: Historia de la Dieta en los últimos 2000 años, informa lanacion.com.
"Entonces todo giraba en torno a la salud física y mental, fue en el siglo XIX cuando la gente empezó a hacer dietas por razones estéticas más que de salud, y entonces la industria de las dietas comenzó a crecer", asegura.
A comienzos del siglo XX, el estadounidense Horace Fletcher decidió que una buena manera de perder peso era masticar y escupir en abundancia. Su dieta proponía masticar bien la comida hasta extraer todo lo "nutritivo" y después escupir la materia fibrosa que queda en la boca.
Por ejemplo, había que masticar hasta 700 veces una cebolla, así que la gente tenía que llegar pronto a las cenas si querían que les diera tiempo a masticar toda la comida con tanta precisión. Algunos de sus seguidores más famosos fueron Henry James y Franz Kafka.
A comienzos de 1900 se empezó a publicitar la llamada dieta de la lombriz solitaria. Muchos años después se decía que la cantante de ópera Maria Callas comía estos parásitos para intentar perder peso, aunque desde entonces se ha considerado un mito.
Los "remedios mágicos" que prometían perder peso en el siglo XIX también escondían peligrosos ingredientes, incluyendo el arsénico. A menudo la gente tomaba más dosis de las recomendadas, pensando que tomando más píldoras conseguirían mejores resultados, aunque en realidad se arriesgaban a envenenarse con arsénico.
Las "dietas de los famosos" no son ninguna novedad. Lord Byron fue uno de los primeros iconos de la dieta y contribuyó a la obsesión que la gente tiene desde hace décadas por saber cómo pierden peso las estrellas.
Los fanáticos de aquella época querían saber qué hacer para lucir como los famosos y seguían las dietas que anunciaba la creciente industria de los medios de comunicación.
Y como los famosos de hoy en día, Byron tenía que trabajar duro para mantener su figura. A comienzos del siglo XIX el poeta popularizó una dieta que consistía sobre todo en vinagre. Para limpiar y purgar su cuerpo bebía vinagre a diario y comía patatas mojadas en él. Pero los efectos secundarios incluían vómitos y diarrea.
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