La investigación plantea que limitar el uso prolongado del biberón en los niños podría ser una forma eficaz de prevenir la obesidad.
El uso del biberón más allá del primer año de vida podría aumentar el riesgo de obesidad infantil al promover el consumo de muchas calorías, asi lo sugiere un estudio del Centro de Investigación y Educación de la Obesidad de las universidades de Temple y del Estado de Ohio en Estados Unidos.
La investigación que se publica en la revista "The Journal of Pediatrics" plantea que limitar el uso prolongado del biberón en los niños podría ser una forma eficaz para ayudar a prevenir la obesidad.
Se analizaron datos del Estudio Longitudinal de la Primera Infancia, un gran estudio nacional estadounidense de niños nacidos en 2001. Analizaron datos de 6.750 niños para estimar la asociación entre el uso del biberón a los 24 meses de edad y el riesgo de obesidad a los 5,5 años de edad.
De los niños estudiados, el 22 por ciento mostraba un uso prolongado del biberón, lo que significa que a
los dos años de edad lo utilizaban como el principal contenedor de bebida o se iban a dormir con un biberón
calórico.
Casi el 23 por ciento de estos niños usuarios de biberón a largo plazo estaban obesos en el momento en el que tenían 5,5 años.
Según explica Robert Whitaker, de la Universidad de Temple, "los niños que seguían utilizando el biberón a los 24 meses eran un 30 por ciento más propensos a ser obesos a los 5,5 años, incluso después de tener en cuenta factores como el peso de la madre, el peso al nacer del niño y los hábitos alimenticios en la infancia".
"Una niña de 24 meses de peso y altura media que se va a la cama con un biberón de leche entera de casi un cuarto de litro recibiría aproximadamente el 12 por ciento de sus necesidades calóricas diarias de ese biberón", explica Rachel Gooze, colega de Whitaker en Temple.
Gooze señala que eliminar el uso del biberón a los 12 meses no puede causar daño y podría evitar la obesidad. Los autores sugieren que los pediatras y otros profesionales de la salud trabajen con los padres para encontrar soluciones aceptables para detener el uso del biberón tras el primer año de vida del niño.
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