De todas las causas, la cefalea tensional es una de las más frecuentes y claramente está vinculada a episodios de tensión, estrés y/o sobrecarga laboral o emocional, circunstancias estas, que en esta nueva coyuntura socio sanitaria son de todos los días.
Por Oscar Medrano Lahura, médico clínico y asesor médico de Tonopan.
Los dolores de cabeza reconocen muchas causas, desde las asociadas a tensión muscular; mecánicas por crecimiento de tumores, quistes o acumulo de líquido; traumáticas; vasculares al obstruirse o romperse un vaso sanguíneo; hemodinámicas, al alterarse la presión arterial; metabólicas por elevación de las grasas y azucares; como manifestación adversa a un medicamento, e incluso a alteraciones en los neurotransmisores o circuitos neuronales. En otras ocasiones, los dolores reconocen más de una causa o no han podido ser explicados completamente.
De todas las causas, la cefalea tensional es una de las más frecuentes y claramente está vinculada a episodios de tensión, estrés y/o sobrecarga laboral o emocional, circunstancias estas, que en esta nueva coyuntura socio sanitaria son de todos los días. Así, en tiempos de coronavirus, el temor a infectarse o presentar las formas graves de la enfermedad, las dificultades económicas, la pérdida del trabajo, la necesidad de reinventarse profesional y laboralmente, así como la sobrecarga de trabajo y los nuevos roles en casa, podrían estar claramente vinculados a un incremento del número de pacientes con cefalea o a que estas se presenten más frecuentemente y/o de manera más intensa.
Otro segmento importante de pacientes presentará cefaleas en estos tiempos por falta de continuidad en sus tratamientos, perdida de la eficacia de los mismos o incremento en la severidad de su problema de fondo, como es el caso de muchos pacientes hipertensos, dislipidemicos, con anemia, diabetes mellitus o migraña.
Finalmente, y no menos importante, son las cefaleas vinculadas a posturas inadecuadas ahora que nuestros hijos y nosotros realizamos actividades académicas o profesionales desde casa. Muy pocos son los casos en los que las sillas y mesas en las que trabajamos, están ergonómicamente adaptadas a nuestros requerimientos. Igualmente, son pocas las personas que realizan pausas activas dentro de sus largas jornadas de trabajo o estudio en casa, circunstancia que ayuda mucho a nuestra salud postural.
Es importante diferenciar un dolor de cabeza episódico de uno que puede presentarse regularmente y que incluso ya cuente con un diagnóstico previo. En el primer caso, el uso ocasional de un analgésico de venta libre podría ser recomendable. En el segundo caso, el abandono o la falta de continuidad al tratamiento, podrían estar vinculados a la reactivación del dolor. En estos casos, en coordinación con su médico tratante, retomar o ajustar el tratamiento podrían solucionarlo. Sin embargo, la preocupación reside en aquellos casos en los que presentan cuadros frecuentes de dolor, abusan de analgésicos y no tienen un diagnóstico claro. Para estos casos es determinante considerar una consulta médica, inicialmente remota
La única manera de saber que una cefalea está detrás de un problema mayúsculo es a través de una evaluación médica, quien determinará los pasos a seguir para lograr el diagnostico final e iniciar el tratamiento adecuado.
Insistimos aquí, en la importancia de evitar buscar información sobre cefaleas, complicaciones y tratamientos, a través de medios no acreditados. Recordemos que mucha información que se difunde en la red no necesariamente esta validada por médicos o sociedades científicas.
Son signos de alarma en un paciente cuando presenta:
· Cefalea persistente
· Cefalea intensa, de comienzo agudo, insólita.
· Cefalea de frecuencia o intensidad crecientes.
· Cefalea asociada a otros síntomas, especialmente neuro psiquiátricos (convulsiones, inestabilidad, alteraciones psíquicas, alteraciones del habla o la marcha, entre otros)
· Cefalea en edades extremas.
· Características atípicas o sin respuesta al tratamiento correcto.
En general, la evolución o progresión de las cefaleas, dependerán principalmente de su causa. Por un lado, una cefalea tensional, si bien frecuente e intensa en algunas ocasiones no traerá complicaciones mayores. Por el contrario, una cefalea secundaria a un proceso tumoral o vascular (aneurisma o malformación arterio-venoso cerebral) podría asociarse a complicaciones y desenlaces poco deseados de no mediar un diagnóstico y tratamiento oportuno y adecuado.
Independientemente de ello, los dolores de cabeza afectan, además la calidad de vida de quienes la padecen, al interferir con sus actividades cotidianas en la casa, trabajo, actividades de recreación o estudio. Asimismo, influye en los estados emocionales y anímicos, pues la ansiedad asociada a los episodios agudos, así como los cuadros depresivos en las formas crónicas de difícil control o sin diagnóstico, suelen ser la regla.
En síntesis, la actual coyuntura socio sanitaria representa un terreno propicio para la ocurrencia y empeoramiento de diversas cefaleas. Reducir el estrés, manejar las tensiones, mantener una vida saludable, ver positivamente la coyuntura, seguir los tratamientos prescritos y buscar atención médica oportuna son las claves para un adecuado manejo de las cefaleas en este momento.
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