Son normales las discusiones y enojos controlados en una relación; sin embargo, algunos comportamientos pueden crear un daño más profundo y permanente que pueden conducir a una relación tortuosa.
Tener una relación de pareja es muy importante en la vida del ser humano pues le aporta la alegría y satisfacción emocional que lo complementan. Sin embargo, no es tan sencillo sobrellevar una relación pues requiere el compromiso y comprensión de ambas partes, y es precisamente la falta de esos elementos el origen de ciertas actitudes que pueden destruir la relación.
“Las relaciones amorosas pueden ser el fundamento de una vida significativa, y nuestra ancla en medio de dificultades de la vida e incertidumbres. Sin embargo, alrededor del 40% de los matrimonios terminan en divorcio, y las rupturas son más frecuentes entre las parejas no casadas”, señala la psicóloga y experta en relaciones de pareja, Melanie Greenberg.
En este contexto, la especialista fue consultada por el portal especializado 'Psychology Today' en donde indicó que existen cuatro comportamientos y actitudes muy comunes que son nocivas para una relación.
El egoísmo, la desconsideración y el desequilibrio
El egoísmo hace que las personas se centren siempre en sus propias necesidades y no piensen en la otra persona al tomar decisiones importantes o incluso en las interacciones cotidianas. “Si no contribuyes con las tareas del hogar o el cuidado de niños, tu pareja comenzará a construir resentimiento y sentirse poco querida”, dice la experta.
Cuando las relaciones no están equilibradas y la familia no es la prioridad, o es solo uno el que decide siempre cómo hacer las cosas, los lazos se van fracturando.
“El matrimonio y las relaciones comprometidas son, principalmente, asociaciones. Cuando el sentido de colaboración es deficiente, cuando tu pareja es desconsiderada con tus necesidades, la relación se debilita. Cuando exiges cosas de una pareja sin tener en cuenta cómo se sienten al respecto, su punto de vista o la situación, y/o cuando ignoras las necesidades expresadas relacionadas con la intimidad, la comprensión y ayuda, se empiezan a crear heridas que son difíciles de reparar”, explica Greenberg.
La relación no es prioridad
“Es fácil pasar la relación a un segundo plano cuando hay niños. Si no te haces tiempo para la intimidad sexual, el deseo se diluye. Si dejas de hablar con tu pareja acerca de tus esperanzas y sueños, se empiezan a distanciar. Si no te haces tiempo para hacer actividades divertidas juntos y con la familia, pueden comenzar a llevar vidas separadas”, advierte la especialista.
“Por todas estas razones, es importante que tengas tiempo para escuchar las historias y preocupaciones de tu pareja. La investigación muestra que haciendo actividades divertidas juntos, las parejas se sienten más cerca", explica.
Falta de control de ira y rabia
“Las diferencias que se resuelven y las expresiones de enojo controlado, son normales en una relación sana, pero gritar enfurecido a la pareja puede dañar a la persona y a la relación. Las parejas en relaciones infelices pueden entrar en ciclos negativos, en las que cualquier pelea se intensifica rápidamente con acusaciones y comentarios negativos sobre la intención o el carácter de la otra persona”, explica.
Para la experta es muy cierta la creencia de que es más fácil dañar a las personas más nos importan. “Sabemos exactamente cómo ir por su yugular y golpearlos donde más les duele. Y el estrés crónico hace que sea más difícil mantener el control emocional”, expresa.
“Las parejas de hoy tienen que hacer malabares para pagar las cuentas, hipotecas, ahorrar, jefes exigentes, responsabilidades del hogar y los niños, por lo que es fácil estar estresados”, señala la psicóloga, añadiendo que no es raro estar a la defensiva todo el tiempo por efecto del estrés.
La especialista dice que “para evitar dañar tu relación, es importante no hablar de asuntos importantes cuando has estado bebiendo, tomar un descanso si tú o tu pareja andan mal emocionalmente, y atenerse al tema específico sin sacar en cara cosas del pasado. Puedes comunicar que un comportamiento es molesto, pero aún así transmitir que tu pareja es una hermosa persona”.
La infidelidad
Las relaciones saludables se basan en la confianza y cuando ésta se rompe, es muy difícil restaurarla. "Cuando hay una infidelidad, la relación puede sobrevivir pero tendrá para siempre una parte rota”, explica Greenberg. Pero no solo tener relaciones sexuales con otra persona es infidelidad, tener sentimientos y coqueteos con terceros también pueden dañar a la relación.
“Las mujeres, en particular, se sienten perturbadas cuando sus parejas tienen una estrecha conexión emocional continua con otra mujer. La infidelidad puede actuar como un trauma en la persona traicionada, haciendo que se sienta insegura y enojada, y se obsesione con lo que su pareja hace. El engaño y la mentira para encubrir la infidelidad, suelen tomarse como otra capa de traición”, explica.
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