Investigación asegura que una dieta con nueces causa cambios significativos en los tejidos del cáncer de colon e incorpora ácidos grasos protectores en los tumores de colon.
Un estudio del Centro Médico Beth Isreal Deaconess de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, ha mostrado que el consumo habitual de nueces podría ralentizar el crecimiento de los tumores colorrectales, gracias a que produce cambios beneficiosos en los genes cancerígenos.
La investigación publicada en el 'Journal of Nutritional Biochemistry' y liderada por el doctor Christos Mantzoros, es la primera en evaluar si el consumo de nueces puede causar cambios en los micro ácidos ribonucleicos (miARN), los nucleótidos que están implicados en la alteración de la expresión genética y que, posiblemente, tengan efectos en la transcripción genética involucrada en los procesos antiinflamatorios, antivasculares y de antiproliferación de las células cancerígenas.
"La investigación demuestra que una dieta con nueces causa cambios significativos en los perfiles de expresión de los miRNA en los tejidos del cáncer de colon e incorpora ácidos grasos protectores en los tumores de colon, ya sea a través de sus efectos directos o a través de los efectos aditivos o sinérgicos de los múltiples compuestos presentes en las nueces", explicó Mantzoros.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron a dos grupos de ratones inyectados con células de cáncer de colon. Al primer grupo se le alimento con el equivalente a dos raciones al día de nueces (60 gramos), mientras que el segundo grupo recibió una dieta control similar pero sin nueces.
Tras 25 días, los resultados arrojaron que en los tejidos tumorales de los ratones alimentados con nueces, se había incrementado hasta 10 veces la cantidad total de ácidos grasos Omega-3, incluyendo el ALA, un ácido graso vital para diversos procesos del cuerpo y conocido por reducir la inflamación.
Finalmente, los expertos comprobaron la incorporación de ácidos grasos con efectos protectores en el epitelio intestinal de los ratones alimentados con nueces, lo que podría alterar los perfiles de expresión de los miARN.
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