¿Cómo tratar a los menores cuando son fumadores activos? Si la nicotina ya ingresó a su organismo, es muy difícil controlarlos. Especialistas en psicología sugieren algunas pautas.
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La mayoría de niños empiezan a fumar a partir de los 13 años, según el MINSA.
El tabaco en los menores de edad genera impulsividad, agresividad e irritabilidad. El neurólogo David Lira explica cómo funciona la nicotina en el cerebro de un niño. Además, la psicóloga Jacquelinee Rojas advierte que un niño fumador es difícil de tratar, por lo que los padres deben seguir ciertas pautas para educar a sus hijos.
“En los niños de 10 años, el riesgo de desarrollar dependencia al cigarro es mayor. Una persona que comienza a fumar a mayor edad, no tiene tanto riesgo de dependencia. (En cambio,) los niños se pueden convertir en fumadores crónicos”, explica el neurólogo del Instituto Peruano de Neurociencias (IPN), David Lira.
De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSA), los niños inician con el mal hábito de fumar a partir de los 13 años y los escolares varones consumen 65% más que las mujeres. Según La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), 13 mil menores de edad fuman por primera vez cada año.
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Es muy difícil controlar a un niño cuando comienza a fumar. Para no llegar a ese punto se le debe indicar que ese hábito no es saludable.
El neurólogo señala que los niños y adolescentes fumadores desarrollan trastornos de control de impulsos. “El tabaco afecta el desarrollo de su cerebro, funciona como un calmante y los tranquiliza. Genera que sean más irritables o agresivos cuando no fuman que el resto de los niños”.
Por otro lado, aparece una dependencia física. “El cerebro tiene unos receptores de nicotina. Cuando una persona fuma, estos van aumentando. Esto hace que el niño cada vez necesite fumar más, lo cual genera falta de control de impulsos”, agrega Lira.
“Los niños menores de 10 años tienen una tendencia a descargar las tensiones o el nivel de ansiedad con los video-juegos más que con otras actividades. El tema del consumo de cigarrillos o alcohol siempre está asociado a los grupos (sociales), en la pubertad -12 o 13 años-“, explica la psicóloga de la Universidad Privada del Norte Jacquelinee Rojas.
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Para tratar a un niño fumador, los padres deben mantener un equilibrio entre el control y la comunicación.
Un factor que va a impactar en el consumo infantil de cigarro son las dinámicas en la familia. Cuando existen problemas familiares, se merma la autoestima en el púber. Los niños buscan ser valorados, por lo que sus grupos sociales a veces llenan ese sentimiento de vacío. Lamentablemente, no todas las amistades tienen buenas prácticas.
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