Tres montañistas han muerto desde que inició la temporada de ascenso al Everest. El mal de altura en algunos casos puede tener consecuencias fatales.
El mal de altura o soroche se produce por falta de oxígeno en el cerebro (hipoxia), algo que vendría atacando a los montañistas que han emprendido su ascenso al Everest, ubicada a 8848 metros sobre el nivel del mar.
Desde que inició la temporada de ascenso, ya se registran tres muertes, dos desaparecidos y 30 heridos con síntomas de congelación o mal de altura. Esto último ocurre normalmente a partir de los 2.400 metros de altitud.
¿Los alpinistas arriesgan sus vidas? Algunas personas tienen menos posibilidades de adaptarse a los bajos niveles de oxígeno que hay en lugares de actitud.
Según informa un artículo de la BBC, un 30 % de la gente experimenta algunos de los síntomas de forma moderada, pero entre un 1 % y un 3 % sufre los efectos más graves, situación que suele ocurrir en el Everest.
Aunque también se ha dicho que los que habitan en el Tibet poseen un gen que les permite contrarrestar los efectos de altitudes elevadas.
¿Cuándo puede ser mortal? Las consecuencias pueden ser fatales si se acumula un exceso de fluidos en el cerebro y pulmones, como ha ocurrido con la vegana Maria Strydom, quien sufrió de edema pulmonar por la altitud, lo que provocó la acumulación de líquido en el cerebro.
Síntomas. Dolor de cabeza, mareo, fatiga física y mental, alteraciones de la memoria, pérdida de apetito, dolores musculares y articulares, vómitos, agotamiento, quemazón en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Aclimatación. Tarda uno o dos días dependiendo de la persona, por eso es que los montañistas que suben al Everest suelen acampar en la ruta de ascenso, a fin de que sus cuerpos se adapten a la falta de oxígeno.
También se podrían tomar algunos medicamentos para prevenir el soroche, pero es mejor si son recetados por un médico, para evitar eventuales efectos secundarios.
¿Si estás sufriendo mal de altura? La recomendación es bajar a un lugar menos elevado, ingerir mucho líquido y de ser posible recibir oxígeno.
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