La pérdida de audición podría ser añadida a la lista de consecuencias para la salud asociadas a la exposición al humo del tabaco.
Los fumadores pasivos, que no consumen cigarrillos pero respiran el humo del tabaco de otros, tienen un alto riesgo de sufrir sordera, según revela un estudio publicado en la revista Tobacco Control.
Los autores examinaron a 3.300 adultos estadounidenses con edades comprendidas entre 20 y 69 años, clasificados como fumadores pasivos tras medir en su sangre las concentraciones de cotinina, un producto derivado de la nicotina.
Los datos revelaron que el 14% de los expuestos con frecuencia al humo del tabaco perdían audición a las frecuencias bajas y medias. Y cerca de la mitad (46%) habían perdido audición para las frecuencias altas.
Los expertos creen que el humo del tabaco podría afectar el flujo sanguíneo en los pequeños vasos del oído, privando de oxígeno a este órgano. Los daños que causa el tabaco en la audición son distintos a los provocados por la exposición al ruido o la vejez.
La pérdida de audición podría ser añadida a la lista de consecuencias para la salud asociadas a la exposición al humo del tabaco.
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