Especialista en tema de Adicciones lamentó que al no haber padres en casa, el niño huye de la soledad y se refugia en el mundo virtual.
Casi la totalidad de videojuegos enseñan a matar por gusto y a destruir la vida solo por placer, lo que contribuye a que niños y adolescentes caigan en adicciones y se vuelvan violentos, alertó experto del Instituto Nacional de Salud Mental.
El doctor Martín Nizama, director de Adicciones de dicho instituto, dijo que a esta situación se suma el hecho de que los padres, debido a que trabajan mucho tiempo, no están en casa y no pueden controlar lo que sus hijos están viendo en la pantalla de la computadora.
“Los padres trabajan y los endosan su responsabilidad a los aparatos electrónicos creyendo que, con eso, se van a entretener, pero lo que generan es facilismo, hedonismo y antivalores, en vez de amor, autoridad, guía y ejemplo”, resaltó.
Añadió además que el 90% de las familias ya no hace sobremesa.
Indicó que, al no haber padres en casa, el niño huye de la soledad y se refugia en el mundo virtual donde no hay leyes, volviéndose un residente habitual de un mundo irreal que considera es de él. "Son niños huérfanos con ‘padres vivos’, convertidos en ‘honguitos’ insensibles y desvinculados de la familia".
Subrayó que los progenitores de ayer educaban, pero los de ahora proveen y toleran todo.
Explicó que al caer en adicción una persona, se alteran los circuitos neuronales de su cerebro, pierde la capacidad de controlar sus impulsos; por lo tanto, su vida se desorganiza y pierde el interés por el estudio, y buscará volver a jugar para sentir placer.
"Así es como el niño inicia la doble vida, dice que se va a estudiar y se va a la cabina, se vuelve desobediente, mentiroso, intolerante, irritable e impulsivo".
Aclaró que la tecnología no es la dañina sino su contenido, cual debe evaluarse antes de exponer a los hijos. También señaló que es importante diferenciar entre el uso, abuso y adicción.
“Los que caen en adicciones tienen un vacío espiritual, trastorno de personalidad, inmadurez, dependencia y factores genéticos. Son más vulnerables por vivir en una familia disfuncional, padres conflictivos, abandono o sobreprotección. Los responsables son los padres porque ‘compran todo’, ‘aguantan todo’, satisfacen a los hijos amparados en ideas absurdas ‘que mi hijo tenga todo lo que no tuve’”, subrayó.
Nizama exhortó a los padres a recuperar la familia y dar importancia a la comunicación y la presencia física en el hogar. “Deben conversar, revisar sus tareas y preguntarles a sus hijos qué les pasa en su mundo interior. La clave es meterse en su mundo interior del niño y no favorecer la doble vida”.
Remarcó que el amor es el factor protector más poderoso contra las adicciones. “Sin amor no hay humanidad, nos estamos robotizando”, aseveró.
Dio también que hoy en día el 5% de las camas para tratamiento por adicción en el instituto son ocupados por los ciberadictos. “Empezó con un cero por ciento y ahora se ha incrementado”, puntualizó.
Andina
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