Un estudio preliminar efectuado en modelos animales por investigadores de la Universidad Miguel Hernández revela el efecto de las hormonas sexuales femeninas en la excitabilidad de las neuronas sensoriales.
Un estudio efectuado en modelos animales por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (España) revela el efecto de las hormonas sexuales femeninas en la excitabilidad de las neuronas sensoriales, algo que puede ayudar a explicar por qué las mujeres sufren más migrañas.
Los modelos animales que se han utilizado para este estudio, publicado hoy en la revista "Frontiers in Molecular Biosciences", "sugieren un efecto de las hormonas sexuales femeninas en la excitabilidad de las neuronas sensoriales", indicó el profesor Antonio Ferrer-Montiel, catedrático de la UMH. Pero los resultados de su investigación son "todavía son preliminares y controvertidos", matizó a continuación.
Lo que Ferrer-Montiel y su equipo han podido observar en modelos in vitro y animales es que los cambios en los niveles de estrógenos, la hormona femenina por excelencia, hacen que las células que rodean al nervio trigémino y a los vasos sanguíneos conectados en la cabeza sean más sensibles a los estímulos externos. Esa mayor sensibilidad hace que sea más fácil que se desencadene un ataque de migraña.
Los investigadores de la UMH revisaron décadas de literatura sobre las hormonas sexuales y las respuestas de las células a los desencadenantes de la migraña. Algunas hormonas como la testosterona parecen proteger contra las migrañas, mientras que otras como la prolactina pueden tener el efecto contrario.
Según Ferrer-Montiel, los resultados obtenidos en roedores "son valiosos para entender el efecto de las hormonas sexuales femeninas sobre los nociceptores (receptores del dolor)". Pero su traslado a humanos puede ser "limitado debido a las diferencias existentes entre el ciclo estral de los roedores y el menstrual de las mujeres", explicó el profesor del Instituto de Biología Molecular y Celular de la UMH.
A su juicio, los mecanismos moleculares sugeridos por los modelos animales "tendrán que ser refrendados en el modelo preclínico humano", posiblemente en 2019. Ferrer-Montiel detalló que se trata de reproducir in vitro la configuración anatómica de las neuronas sensoriales para "tener un modelo más preciso y realista".
Si se obtienen resultados exitosos en el modelo humano, puede abrirse una ruta prometedora para tratamientos personalizados para pacientes con migraña. EFE
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