La contaminación sonora actúa sobre el sistema nervioso autónomo y genera cortisol, noradrenalina y adrenalina, retrasando la rehabilitación de los pacientes.
Estar expuesto a ruido ambiental alto conlleva un retraso en los procesos de recuperación de los pacientes durante la hospitalización, concluye una investigación mexicana. Rafael Trovamala, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), expuso que "los ambientes ruidosos producen alteraciones del sueño, aumentan la percepción del dolor" y elevan los niveles de ansiedad y estrés.
A estos efectos perniciosos, Trovamala agregó que el ruido, cuando actúa sobre el sistema nervioso autónomo, provoca una respuesta de alerta involuntaria. Cuando eso sucede, los neurotransmisores generan hormonas como el cortisol, la noradrenalina y la adrenalina, al tiempo que se inhiben otros neurotransmisores que favorecen la concentración.
Por ello, consideró que el ruido, dadas las evidencias científicas, debe ser tratado como un problema de salud pública y ambiental, algo que, desde su punto de vista, no sucede en México. Lamentó que las normativas mexicanas que regulan la problemática no cumplan con su propósito, argumentando que en la práctica se realizan muy pocas o ninguna medición de ruido por parte de los expertos y autoridades.
Por ello, sostuvo que el país se encuentra en un estado de absoluta ignorancia de la acústica e instó a los profesionales de esta disciplina a que se conviertan en intérpretes tecnológicos de los desarrollos existentes para adaptarlos y aplicarlos en beneficio del bien social y, por ende, de la salud humana.
"El reto es pensar que la modernidad debe ser vista de una manera compleja y complementaria donde, en lugar de ser antagónicos, ruido, acústica y progreso formen parte de un solo concepto armónico", abundó en un boletín difundido por el IPN.
No faltaron elogios a países como España -cuya reglamentación ha conseguido que los constructores contemplen aislamientos entre las viviendas del mismo edificio- y Chile, que obliga a especificar cuáles son los índices de reducción acústica que deben tener las casas. EFE
Comparte esta noticia