La muerte de la actriz Debbie Reynolds ha conmovido al mundo, porque ocurrió apenas un día después de fallecer su hija, la recordada princesa Leia.
La actriz Debbie Reynolds, de 84 años, falleció apenas un día después de la partida de su hija Carrie Fisher, la entrañable princesa Leia de Star Wars. La prensa de espectáculos ha reportado que el deceso se debió por un derrame cerebral aunque también se especula que fue un estrés agudo lo que precipitó que su corazón fallara.
La literatura médica todavía tiene una respuesta escasa para sustentar si Reynolds en efecto falleció por un accidente cerebrovascular, pues según el doctor Elmer Huerta está más documentada la relación entre el estrés crónico (de muchos años atrás) y los derrames.
"Lo que se ha presentado en pocos casos descritos son las hemorragias cerebrales. Parece que hay un aumento súbito en la presión arterial por la adrenalina que se produce en mucha cantidad en el estrés agudo, y eso provocaría la ruptura de arterias cerebrales y el derrame cerebral", indicó el asesor médico de RPP Noticias.
Pero también hay quienes asocian la muerte de Debbie Reynolds a la dura pérdida que sintió al morir la mítica princesa Leia, su hija de 60 años, que días antes había sufrido un infarto cardíaco durante un vuelo de avión.
Y es que existe el llamado síndrome del corazón roto, que desencadena síntomas muy similares al de un infarto agudo de miocardio. Esta condición ocurre casi exclusivamente en mujeres y luego de un episodio de estrés agudo por la pérdida de un familiar o la infidelidad de un gran amor.
El caso de la protagonista del clásico musical Cantando bajo la lluvia pareciera encajar allí, pues según contó su hijo Todd Fisher, las últimas palabras de Reynolds fueron: "Quiero estar con mi hija".
"La cardiomiopatía de Takotsubo, es transitoria y típicamente precipitada por el estrés emocional agudo o un intenso malestar físico", precisa una publicación de la National Institutes of Health.
Según el doctor Huerta, ocurre en alrededor del 2 % de las admisiones en hospitales por sospechas de infarto cardíaco.
Signos de alerta. “El dolor de pecho intenso tipo opresivo, que simula un infarto, con falta de aire súbita y aguda debe hacernos preocupar. Esto es una emergencia médica”, explica el cardiólogo Marco Heredia, del Instituto Nacional del Corazón (INCOR).
Más propensas. Es más frecuente en mujeres posmenopáusicas de más de 50 años de edad. Además, el estrés es un desencadenante. ”Se relaciona mucho al estrés emocional, por ejemplo, un divorcio, la pérdida de un familiar. Estos corazones responden inflamándose y perdiendo la contractibilidad”.
Secuelas. Esta afección hace que el corazón se deforme ligeramente de forma temporal, aunque hay casos en los que el paciente puede quedar con un cuadro de insuficiencia cardíaca. “Quiere decir que este corazón queda debilitado, no bombea bien la sangre y puede recurrir a cuadros de falta de aire y no puede hacer actividad física como lo hacía antes”, precisa el especialista.
Recomendaciones. Principalmente las mujeres, que están más predispuestas a padecer el síndrome del corazón roto, deben acudir a chequeos cardiovasculares una vez al año, hacer ejercicio físico y acudir al psicólogo para aprender a manejar el estrés.
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