Investigación indica que pacientes que se someten a operaciones ayudados por robots pasan menos tiempo en el hospital y hasta tienen menos posibilidades de morir.
Una investigación indica que los pacientes que se someten a operaciones de riñones o próstata ayudados por robots pasan menos tiempo en el hospital, reciben menos transfusiones de sangre y tienen menos posibilidades de morir, sin embargo la factura es considerablemente mayor.
El análisis, que se publicó en el Journal of Urology, comparó la cada vez más común cirugía robótica con otras dos técnicas para la misma operación y halló que los costes directos podían incrementarse en varios miles de dólares en la operación asistida por robots.
La cirugía robótica utiliza normalmente un laparoscopio o un método de "incisión mínima", en el que las herramientas y una pequeña cámara de video se insertan en el cuerpo a través de una o dos pequeñas incisiones.
La cirugía robótica reemplaza las manos de un cirujano con herramientas de gran precisión situadas en los extremos de brazos mecánicos, controlados todos desde una consola por el cirujano. Durante los últimos tres meses de 2008 más de la mitad de todas las intervenciones de próstata fueron realizadas con cirugía robótica.
Alrededor del tres por ciento de los pacientes de próstata se sometieron a una operación tradicional de laparoscopia y el 44 por ciento a una cirugía abierta. La abierta y la laparoscopia eran aún más comunes que la cirugía robótica para la intervención y extirpación de los riñones.
Como informa sciencedirect.com entre los pacientes a los que se le quitó la próstata, ninguno murió tras una operación por laparoscopia o robótica, mientras que dos de cada 1.000 murieron tras una cirugía abierta.
Alrededor del cinco por ciento de los hombres que se sometieron a una operación abierta necesitaron una transfusión sanguínea, frente a menos del 2 por ciento de los hombres en el caso de cirugía robótica.
El grupo que se sometió a una operación abierta también permaneció en el hospital alrededor de un día más que el grupo sometido a una operación asistida por ordenador.
El inconveniente era el precio, la extirpación de próstata con robots costaba alrededor de 10.000 dólares de media (unos 7.570 millones de euros), unos 700 dólares más que una laparoscopia y 1.100 más que una operación abierta. Para la extracción de riñón, la cirugía robótica cuesta 13.900 dólares.
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