Entre estas encontramos el autismo y el Síndrome de Down. También se incluye la hiperactividad. Con tratamiento y medicación, dependiendo el caso, la deficiencia se vuelve manejable según especialista del Minsa.
En el Perú existen más de un millón y medio de familias con algún miembro con discapacidad intelectual, según el censo del 2017. Eso equivale a 4.2% de la población total de personas con discapacidad en el país, de acuerdo a Malena Pineda, jefa del Programa de Protección de Derechos de las Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo.
Generalmente una persona con discapacidad intelectual tiene dificultades para aprender o entender, señala Pineda a RPP Noticias. Dentro encontramos el autismo, el Síndrome de Down y alguna discapacidad mental que no permita a la persona relacionarse con su entorno.
“El Estado debe identificar a las personas con estas discapacidades desde que nacen para certificarlos y promover servicios de salud acordes a su situación”, agrega.
Tanto la sociedad peruana como el urbanismo de la ciudad se muestran excluyentes hacia la población con alguna discapacidad. “Existe una falta de empatía en general. Hay puertas estrechas, falta de rampas y la educación no termina de ser inclusiva”, afirma la representante de la Defensoría del Pueblo.
ADAPTARSE A LA SOCIEDAD
Las discapacidades mencionadas se pueden medir en una serie de grados para calificar a una persona con una discapacidad intelectual más o menos severa, explica el doctor Luis Miguel León García, director ejecutivo de Prevención y Control de la Discapacidad del Ministerio de Salud (Minsa).
“La graduación va desde el 0 hasta el 6. Aquí también podemos incluir la depresión, la hiperactividad y psicopatía (como la esquizofrenia). Con tratamiento y medicación, muchas personas con discapacidades intelectuales pueden adaptarse a la sociedad. Así su deficiencia se vuelve manejable”, sostiene.
El representante del Minsa afirma que existen casos en que una persona autista se ha podido desempeñar mejor en labores específicas que un individuo sin esta discapacidad. “En el Minsa laboran personas autistas en archivos”, comenta León García. En otros casos, se ha contratado a personas autistas para la fabricación de relojes por su meticulosidad.
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