Esta puede ser uno de los síntomas psiquiátricos, que acompañan a la existencia de ansiedad y miedo.
La presencia del trastorno psiquiátrico denominado “enuresis” o micción involuntaria de orina que sufren los menores durante la noche, es una señal para detectar si un niño o niña ha sido víctima de maltrato físico, psicológico y hasta de abuso sexual, reveló la directora del hospital Víctor Larco Herrera, Cristina Eguiguren Li.
“En la mayoría de casos de abuso sexual a niños y niñas se observa la presencia de enuresis, uno de los síntomas psiquiátricos que acompañan a la existencia de ansiedad y miedo”, explicó la también psiquiatra infantil.
Explicó que la enuresis es un trastorno psiquiátrico que tiene causas psicológicas en niños y niñas que también presencian violencia en su entorno familiar o son afectados por el estrés.
“Para los niños y niñas existen situaciones muy estresantes, que para los adultos pasan desapercibidas. Las mudanzas, cambios de colegio, viajes por vacaciones o el nacimiento de un hermano les genera una alteración emocional que se puede expresar como enuresis”, anotó.
Eguiguren Li refirió que, según estadísticas del hospital Víctor Larco Herrera, el 20% de las atenciones que realiza el Departamento de Niños y Adolescentes cada año tienen que ver con casos de enuresis.
“Es el tercer lugar de los trastornos infantiles. Los casos que atendemos con más frecuencia se refieren a déficit de atención e hiperactividad, o problemas emocionales”, puntualizó.
Explicó que el 75% de los casos de enuresis tiene carga genética; es decir, que quienes la padecen son hijos o hijas de padres o madres enuréticos o tienen vínculo consanguíneo con familiares de primer grado que padecieron este trastorno.
“La enuresis es un trastorno que requiere tratamiento y comprensión, pues el niño o niña que la padece no lo hace por engreído o malcriado”, agregó.
Eguiguren Li sostuvo que muchos padres de familia creen, por razones culturales, que la emisión de orina ocurre porque su hijo e hija está pasado de frío. Por ese motivo, agregó, les pasan paños calientes, los sientan sobre ladrillos calientes o los castigan, comentó.
Señaló que la enuresis se diagnostica entre los 5 y 6 años de edad, y dijo que este problema puede producirse también por causas orgánicas, como la demora en la maduración del sistema nervioso central o la presencia de una vejiga pequeña, así como la mala educación en el control de esfínteres.
En ese sentido, la especialista exhortó a los padres de familia a acudir a un especialista en salud mental para que su niño o niña reciba tratamiento farmacológico o conductual, según el caso específico, lo que puede garantizar un 99% de curación.
“De incumplirse con la prescripción especializada, el trastorno puede extenderse hasta la adolescencia y producir cuadros depresivos porque, por ejemplo, durante esa etapa los chicos y chicas no pueden participar en campamentos o quedarse a dormir en casas de amigos porque miccionan en la cama”, manifestó.
La directora del nosocomio recomendó además que los menores no deben tomar líquidos al menos dos horas antes de dormir, y que sus padres los traten con paciencia sin hacerlos sentir culpables en caso mojen la cama.
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