En medio de la pandemia de COVID-19, el oxígeno es un bien preciado en el tratamiento de pacientes. El lunes 1 de marzo, el Perú recibirá toneladas de oxígeno medicinal desde Chile.
El oxígeno medicinal se ha convertido en un bien preciado en la pandemia de la COVID-19. Su uso en el tratamiento de pacientes positivos a la infección de SARS CoV-2 ha aumentado su demanda, haciendo que muchas personas hagan largas filas y acampen durante días para recargar balones.
El doctor Manuel Loayza, epidemiólogo y docente de posgrado de la Universidad Norbert Wiener, comenta que dependiendo del grado de afectación del paciente con SARS CoV-2 se receta la cantidad de oxígeno que usan las personas.
“Las personas requieren la cantidad de oxígeno hasta 15 litros. En casos críticos, considerando el nivel de saturación de oxígeno en sangre, un balón puede acabarse entre 4 o 5 horas, una cantidad que hace difícil manejar estos casos en casa, por lo que necesario acudir a un establecimiento de salud”, menciona.
¿CÓMO FUNCIONAN LOS BALONES DE OXÍGENO MEDICINAL?
En el campo de la salud, los tanques permiten almacenar oxígeno y funcionan para brindar respiración asistida y ventilación pulmonar.
Es importante verificar que los balones de oxígeno medicinal cuenten con autorización y registro de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud, ya que son equipos médicos y productos farmacéuticos.
En el país, para adquirir oxígeno medicinal y recargar los balones es necesario tener una receta médica firmada por el médico tratante: si no es administrado en la cantidad necesaria (y verificada por el especialista de salud) puede ser riesgoso para la salud.
Para el almacenamiento, los balones deben estar en posición vertical, alejados de cualquier material inflamable o combustible y en un lugar ventilado, al aire libre para evitar una explosión. Los tanques de oxígeno varían por su capacidad, por ejemplo, de 10 metros cúbicos.
OXÍGENO EN EL TRATAMIENTO COVID-19
Loayza comenta que los pacientes que están infectados con COVID-19, “que presentan saturación de oxígeno en sangre menor 90, deben recibir oxígeno de forma inmediata para evitar mayores complicaciones”.
“En un estudio en el Hospital Cayetano Heredia se ha visto que pacientes que llegan a una saturación de oxígeno menor a 84, tienen una posibilidad muy limitada de recuperación”, menciona.
El doctor Manuel Mayorga, director nacional de la facultad de Ciencias de la Salud de UPN, comenta que el apoyo con oxígeno medicinal “es vital” para los pacientes con COVID-19 moderado y severo y que habitualmente requieren ser hospitalizados por insuficiencia respiratoria aguda.
“El daño más importante que producen las COVID-19 ocurre en el pulmón, donde se producen severas alteraciones en la estructura de la membrana alveolo capilar. Esta membrana es el lugar exacto donde normalmente se realiza el intercambio gaseoso, es decir, el ingreso de oxígeno desde el aire ambiental que respiramos hasta la sangre para que luego el corazón se encargue de bombearlo a todo nuestro organismo. Al estar alterada esta importante función orgánica no se puede irrigar de manera correcta la sangre de los pacientes por lo que necesitan de oxígeno externo suplementario para compensar esta carencia hasta que se restaure la función pulmonar alterada por el virus y la inflamación que produce”, menciona.
Mayorga explica que la indicación precisa de uso de oxígeno en la COVID-19 es en aquellos pacientes que tienen insuficiencia respiratoria aguda, “manifestada por incremento de la frecuencia respiratoria, falta de aire y fatiga- reposo, que además tienen una saturación de oxígeno en sangre por debajo del 93% y particularmente en aquellos que tienen una saturación de oxígeno, medida con el oxímetro de pulso igual o menor del 90%”.
“Dependiendo de la gravedad del caso, este oxígeno suplementario se puede suministrar a bajas concentraciones y flujos como son con cánula nasal, máscara simple, máscara de venturi y máscara con bolsa de reservorio. Pero también, cuando la situación está más complicada, el paciente está más grave y ya no responde a estos dispositivos de oxígeno de baja concentración y flujo se requiere usar dispositivos que suministran oxígeno a altas concentraciones e incluso a presión positiva como son la cánula nasal de alto flujo, los ventiladores no invasivos o usando incluso un ventilador mecánico con el paciente intubado en la UCI”, comenta.
El doctor Mayorga agrega que es importante resaltar que el oxígeno medicinal es un medicamento como cualquiera, es decir, tiene sus indicaciones, contraindicaciones y efectos secundarios.
“Por ejemplo, si suministramos oxígeno a un paciente con alguna enfermedad pulmonar y a consecuencia de su avanzada enfermedad retiene anhídrido carbónico (CO2) en sangre, este paciente no solamente puede empeorar en su condición clínica, sino que incluso puede entrar en coma o dejar de respirar. De otro lado cada dispositivo de administración de oxígeno suplementario como las cánulas nasales, máscaras, tienen sus propias indicaciones y una técnica correcta de administración, incluyendo, por ejemplo, la necesidad de humidificar el aire con oxígeno que el paciente va a respirar. Esta técnica correcta de administración e indicaciones sólo puede ser indicada por un profesional de la salud que tenga el conocimiento y la experiencia necesario para la atención de este tipo de paciente”, añade.
Ante la segunda de contagios y la situación sanitaria que viven los hospitales, Mayorga recomienda que tanto balones como concentradores de oxígeno “sólo sean utilizados bajo supervisión médica, no es necesario que sea el presencial, puede ser remota, pero siempre debe existir el monitoreo profesional para evitar hacer más daño”.
“En el caso de aquellas familias que tienen un paciente COVID-19 en casa es fundamental reconocer cuáles son los signos de alarma que me indican que el paciente está yendo mal y probablemente requiera oxígeno en casa o ser hospitalizado. Estos son el incremento de la frecuencia respiratoria por encima de 24 por minuto en un adulto, incremento de la sensación de falta de aire y de la fatiga en reposo y especialmente la disminución de la saturación de oxígeno, medida con el oxímetro de pulso, por debajo del 93%. Estos son los signos de alarma que nos dicen que el paciente esté evolucionando de manera desfavorable y requiere una evaluación médica inmediata”, sostiene.
El neumólogo Jose Luis Cabrera, especialista de la Clínica Internacional, afirma que el oxígeno resulta un elemento fundamental en el tratamiento del COVID-19 siempre y cuando se cumplan requisitos para su uso”.
“Se piensa que aproximadamente el 10 a 15% de pacientes que enferman van a requerir a un soporte con oxígeno, pero el grueso de pacientes afectados no lo van a requerir. […] Resulta esencial que las personas tengan un oxímetro de pulso a la mano para determinar la necesidad de oxígeno”, menciona.
Cabrera resalta que al igual que cualquier medicamento, el oxígeno medicinal necesita una dosis, denominado flujo, el tiempo de uso, determinada gradualidad o continuidad del uso del oxígeno.
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