Mala medicación causa graves efectos secundarios.
Salud
penicilina
En un reciente estudio difundido esta mañana por el doctor Elmer Huerta en “Cuidando tu Salud”, se comprobó que solo entre el 5 y 10% de las personas que dicen ser alérgicas a la penicilina lo son realmente.
Esto representa un grave problema, explicó Huerta. “Al escuchar que los pacientes son alérgicos a la penicilina, los doctores administran otros antibióticos más fuertes, los cuales causan graves efectos secundarios”. Esto no sucedería si los doctores comprobaran si sus pacientes son realmente alérgicos a la penicilina.
Entre los efectos secundarios registrados por el consumo de antibióticos diferentes a la penicilina se encuentran abscesos epiteliales e infecciones. “Esos pacientes tuvieron una hospitalización 10% más larga, 23% más casos de infecciones graves del intestino grueso por una bacteria llamada clostridium difficile, tuvieron 14% más infecciones por unas bacterias llamadas MRSA que provocan abscesos en la piel y 30% más casos de infecciones por bacterococos”.
¿Por qué tantos pacientes creen que son alérgicos a la penicilina? Según el mismo estudio citado por Huerta, los orígenes de estas creencias se remontan a malos diagnósticos o experiencias negativas sucedidas en la infancia.
“Los padres dicen a los pacientes ‘Cuando tú eras chiquito te dio diarrea por la penicilina’ y a la gente se le queda eso. Otras personas creen que porque sus padres son alérgicos, ellos también lo son. No hay bases, pero es una experiencia sucedida en la infancia”.
Asimismo, el galeno radicado en Washington aclaró la diferencia entre efectos secundarios y alergias. “Las reacciones alérgicas se producen instantáneamente, a los 5, 10 o 15 minutos. Salen ronchas en el cuerpo, pueden suceder problemas en la respiración. Por otro lado, las reacciones secundarias, tales como diarreas, náuseas, vómitos se producen a los 2, 3 o 4 días”.
En este sentido, Huerta instó a los médicos a preguntar y averiguar detenidamente los posibles episodios de alergias a la penicilina, con el fin de determinar si se trataría de efectos secundarios o si realmente se está frente a un paciente alérgico.
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